Desde hace algunas semanas, colectivos y grupos dedicados a la búsqueda de personas desaparecidas han denunciado el rezago en la identificación de restos hallados en fosas a lo largo de la entidad. A la par, hay casos de personas que han recibido por error los restos de otros individuos que no son sus familiares; en fechas recientes, incluso, una mujer recibió en bolsas de basura los restos de una persona cercana.
Este martes, familiares de Baruch Grajeda García y Francisco Javier Vargas García, jóvenes desaparecidos en 2016, denunciaron públicamente que elementos de la Fiscalía General del Estado (FGE) les entregaron huesos que no pertenecen a sus allegados.
Tras estudios realizados de manera independiente, las familias corroboraron que únicamente los cráneos pertenecían a los jóvenes. Los restos fueron entregados en 2017 por la Fiscalía que en ese entonces era dirigida por Jorge Winckler Ortiz.
A pesar de los resultados de estos estudios, la FGE, ahora encabezada por Verónica Hernández Giadáns, se ha negado a reconocer el error.
“Hasta hoy la Fiscalía solo nos ha traído a vueltas (…) los análisis hechos por la Policía Federal (en 2017) son positivos para ellos aunque los particulares arrojan negativo. Los cuerpos son de otras personas, es indignante”.
Por ello, los familiares levantarán las quejas que sean necesarias y se logre hacer el comparativo de las muestras; además, llamaron a todas las familias que hayan recibido también restos de las fosas ubicadas en Arbolillo, donde hallaron a Baruch y Francisco, para que corroboren que en verdad hayan recibido los cuerpos de sus familiares.
Los jóvenes fueron llevados de un domicilio en el Puerto de Veracruz en 2016; fue tras la exploración de fosas en una comunidad de Alvarado cuando el entonces fiscal hizo el anuncio y sin peritaje previo sostuvo que los primos estarían entre los restos localizados.