En el corazón de Xalapa, un pequeño árbol comenzó a echar raíces donde antes existió un ícono natural que, al ser talado por las autoridades municipales, encendió una ola de protestas.
Un pequeño árbol, sembrado en los bajos del Parque Juárez, ha comenzado a florecer, convirtiéndose en símbolo de resistencia y esperanza para los defensores del medio ambiente de la capital.
Hace unos meses, Magda Hernández, una estudiante de Antropología de la Universidad Veracruzana, junto a un amigo, decidió actuar silenciosamente en favor de la naturaleza.
Lo que comenzó como un acto de protesta ahora florece en una historia de esperanza.
Con la convicción de que el arbolito sentiría el cuidado y el afecto que le brindaban, afirmó que el incidente sería un incentivo para que el nogal creciera con más fuerza.
Para Magda y sus compañeros activistas, el crecimiento de este árbol es mucho más que el éxito de plantarlo.
Es una lección sobre la importancia de la paciencia, el amor por la naturaleza y la conexión profunda que los seres humanos pueden tener con su entorno.
En palabras de Magda, "podrán llegar agrónomos a sembrar por compromiso, pero solo con verdadero amor a la naturaleza hace que todo avance".
Al igual que la naturaleza, los movimientos sociales se hacen más fuertes después de enfrentar adversidades.