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Se lo llevaron a componer un carro y no regresó; así desapareció Gerardo

La señora Eva Flores busca a su hijo desaparecido desde hace 8 años, salió a componer un auto y ya no volvió

Se lo llevaron a componer un carro y no regresó; así desapareció Gerardo

Dentro de poco más de tres meses y medio, el 22 de noviembre, se cumplirán 8 años de no saber nada de Gerardo Acosta Flores, hijo, esposo y padre que inesperadamente dejó un vacío imposible de llenar en su familia, desde entonces, su mamá, la señora Eva Flores Sosa, en medio de su dolor, lo ha buscado incansablemente.

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La última vez que Eva vio a su hijo se fue a realizar un trabajo de mecánica automotriz, luego de que un par de hombres, en una camioneta, lo buscaron para que fuera a revisar otro vehículo que se había descompuesto cuadras delante, cerca de Cuauhtémoc y Xalapa, en la ciudad de Veracruz.

“Le dijeron a mi hijo que tenían un carro que no arrancaba, le pidieron que se subiera a la camioneta para ir al lugar, tanto que mi hijo agarró su cajita de herramientas para trabajar, pero ellos le dijeron que no las llevará porque ellos tenían allá, entonces mi hijo se regresó y las dejó, pero no me dijo nada”, recordó.

Ese día doña Eva estaba acompañada, con una amiga, y al ver que a su hijo le había salido trabajo, se alegró.

“Hasta le comenté a mi amiga: qué bueno que a mi hijo le salió trabajo, porque ya las niñas no tienen pañales, ni leche, qué bueno”, dijo. 

Sin embargo, al transcurrir los minutos su intuición materna le indicaba que algo no estaba bien.

“Yo ante Dios, con mi pecho sano, nunca me imaginé nada malo, porque no lo golpearon, no lo forzaron, nada, él se subió. Ya cuando iba como a cuatro cuadras, yo le marqué por teléfono.  Yo sentí que me pegó algo en el pecho, enserio, y pensé: no será que por allá no le quieran pagar. Nunca me contestó”, expresó.

Al llegar la noche y ver que su hijo no regresaba, pensó que se había ido de fiesta con algún amigo.

“Esa noche le pregunté a mi nuera por él y me dijo que no había regresado, pensé que se había ido a parrandear, pero no dije nada. Al día siguiente, antes de irme a trabajar, yo hago limpiezas, le toqué a mi nuera, cuando escuché su respuesta me cayó el veinte, me dijo que no había llegado en toda la noche, enseguida me fui a poner la denuncia”, detalló.

Reconoció que las autoridades policiacas le brindaron todas las facilidades para buscar a su hijo.

“Sí me prestaron mucha ayuda los policías, fui a Veracruz Seguro, me llevaron en las patrullas a buscarlo, con su foto en la mano, pero nunca lo encontramos, ni bien ni mal. No apareció, hasta ahora, nunca tuvimos una pista, nada”, manifestó.

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Encontró apoyo en Solecito

Hace un año la señora Eva ingresó al Colectivo Solecito, un lugar en donde ha encontrado empatía, donde hay muchas madres que la entienden, que comparten el mismo dolor, que como ella quedaron muertas en vida, tras no saber nada de sus hijos.

“Me invitan a las juntas, y el día que puedo voy, porque a veces no tengo dinero ni para los camiones, en alguna venta que hacen, las acompaño, no siempre porque a veces no tengo, soy sola y luego no me alcanza, también ellas, estamos todas al día”, expuso.

“La verdad yo siento bonito, me siento acompañada, entré al colectivo hace como un año y la verdad yo soy muy alegre, hasta la fecha. Al momento que sucedió todo esto yo me morí en vida, pero luego de tomar terapia lo he ido sobrellevando”, compartió.

Reconoció que además de la ayuda policiaca, también las autoridades le brindaron apoyo psicológico.

“Yo tuve cuatro psicólogos, tuve uno por parte del gobierno, de Xalapa, esos que pone Veracruz Seguro, me pusieron uno y tenía que ir a Xalapa. Y aquí en el Regional me pusieron otro, para que me ayudará a salir adelante.  La verdad las autoridades sí me dieron todo el apoyo.  También fui al Seguro Social”, agradeció.

Gracias a su fortaleza y a sus ganas de vivir por sus nietas, decidió pensar bien y sacar los malos pensamientos de su cabeza.

“Un día dije, mejor voy a pensar bien, voy a decir que mi hijo se fue de viaje y que anda buscando trabajo para traer dinero para las niñas, va a regresar y va a traer dinero, así me engañaba yo misma para no pensar en cosas terribles”, indicó.

Fueron dos años de sufrimiento constante, la idea de no volver a ver a su hijo, de no saber qué pasó con él, la fue consumiendo.

“Me tomó dos años de mucho dolor, sufrí mucho, yo estaba comiendo y llorando, pensando cosas terribles, pero pensé que no podía seguir así, porque si yo me moría, la mamá de mis nietas iba a quedar sola, y yo soy su apoyo, pobrecita, le cambió la vida, le dio un giro, entonces yo como puedo le echo la mano”, expresó.

Hasta el momento ha cumplido su promesa de no abandonar a su nuera y a sus nietas.

“Yo le prometí que nunca la voy a abandonar, así esté yo de bastón y no pueda más, sí un peso me encuentro, un peso le doy para ayudarla, así le dije y así se lo he cumplido”, finalizó.

/pn