PORKY, todo está muy rico

Trabajo, superación y progreso son los engranes que hacen mover constantemente a la comunidad de Tejería, un lugar que es sinónimo de sabor, de tradición, de buena comida, popular por sus incomparables carnitas de cerdo y que gracias al impacto económico de la industria, asentada ahí desde hace más de 60 años, ha logrado que el tradicional sabor tenga una fama que traspasa las fronteras.

Ubicada en el kilómetro 97 de la carretera Xalapa-Veracruz, este asentamiento originalmente se formó por inmigrantes del vecino estado de Puebla, que llegaron de lugares como Acatzingo, Tepeaca y Huehotzingo, así como de otras poblaciones del estado de Veracruz, como Paso de Ovejas, Paso del Macho y La Antigua entre los años 1930-1950.

El nombre de Tejería es tomado de una fábrica de tejas, que en aquella época eran utilizadas para la construcción de los techos de las viviendas, y es precisamente el impacto industrial lo que ha fortalecido la economía de la zona.

Muchos de los típicos puestos de carnitas pasaron a ser ahora restaurantes tradicionales, donde solo venden para comer ahí o para llevar el delicioso sabor del puerco preparado con la receta secreta, esto no habría sido posible sin una economía estable y en crecimiento, misma que se fortaleció con la industria del acero y posteriormente con el parque industrial que se han convertido en los vecinos favoritos de los comerciantes, de los cuales algunos ya cuentan con medio siglo de ponerle el sazón a la economía de la región.

50 años de puro sabor

“Huuuuuy tengo como 50 años en el negocio de las carnitas, yo aquí crecí dentro de este ambiente, mi papá y mis hermanos, mi tío, toda la familia trabajaba en este negocio”, exclamó don Jesús Sánchez, propietario de Carnitas Porky, en Tejería.

Recordó que en un principio el negocio empezó a florecer gracias a la presencia de la única fábrica que existía por la zona, Tamsa, cosa que ayudó mucho, ya después nacieron otras fábricas que fueron creciendo antes de que se fundara la ciudad industrial.

“En aquella época fue muy bueno tener a Tamsa cerca, porque los trabajadores de ahí siempre han ganado muy bien, tenían los recursos como para ir a comer unas carnitas y los fines de semana traer a sus familias”, reconoció.

Agregó que ahora la situación es diferente, pues aunque hay más fábricas, también hay más competencia, sin embargo su negocio está acreditado.

“Ahora hay muchos más empleados en la acerera que les gusta comer bien sabroso, en los diferentes departamentos que tiene la empresa, al menos una vez a la semana vienen a comprar carnitas, pero todos los días tenemos clientes de allá. Gracias a Dios son miles de gentes las que trabajan ahí, se da como para que a diario manden a comprar uno o dos kilitos por departamento, dependiendo de la ocasión”, celebró don Jesús.

Dijo que para él su clientela es algo sagrado, por lo que cuida y supervisa personalmente la preparación de sus carnitas que ofrece a todos, pues por fortuna tiene clientes en todo Veracruz.

“Hacer las carnitas es el mismo procedimiento de siempre, lo que se ha ido cambiando, de acuerdo a los tiempos, es la forma de manejar los negocios, pero desde que yo estoy siempre han funcionado las carnitas, porque Tejería es el lugar de las carnitas, es como decir los mariscos en El Conchal”, aclaró.

Un niño trabajador

Don Jesús reconoce que hoy en día tiene mucha competencia, pues ahora hay muchos lugares en donde venden carnitas, sin embargo, confía en el auténtico sabor de su producto, y de la receta secreta de la familia.

“Yo empecé a los 8 años, a esa edad ya estaba aquí ayudando, en aquellos tiempos el puerco se compraba en pie y se mataba, todo ese procedimiento es lo que aprenden primero los chamacos que empiezan a trabajar, luego ya que aprenden ya están listos para pasar a la mesa, entonces pasan a la venta”, explicó el comerciante.

Aseguró que desde que salió prácticamente de la primaria ya se quedó en el negocio de las carnitas.

“Yo no tuve estudios, saliendo de la primaria aprendí este oficio que es de mi agrado, por eso lo sigo, y de aquí vivo, de aquí salí adelante”, expresó.

Desde los 13 años se hizo cargo del negocio de su padre, ahora a sus 62 años se ha convertido en el más reconocido vendedor de carnitas de Tejería.

“Es un negocio noble, si lo sabe uno trabajar, sobre todo que le guste a uno, en ese caso me ha gustado y así va a ser hasta que pueda yo trabajar”, confesó.

Gracias a su negocio sacó adelante a su familia.

“Mis cuatro hijas emprendieron otras cosas, a diferencia mía, que yo no tuve escuela, ellas sí tuvieron escuela, eligieron sus carreras, una es abogada, otra es médico y dos se quedaron a la mitad, se dedicaron al hogar porque así lo decidieron”, detalló.
No oculta su satisfacción de ser el propietario de un negocio que fomenta la gastronomía de la región y del cual dependen varias familias.

“Para mí es una gran satisfacción haber empezado a trabajar en esto y seguir aquí, aunque no es un negocio que deje mucho dinero, pero sí para las necesidades principales y si uno no es una persona rica, simplemente tiene uno dónde vivir cómodamente, a cómo está la vida en este momento, así de simple”, reconoció.

Aclaró que es el único negocio que tiene y no hay para más, por lo que siempre está pendiente de todos los procesos, pues cada cosa tiene su secreto, pues asegura que la receta no es tanta ciencia como paciencia.

“En esto cada vez que pone uno una pailada te va pidiendo si ya está o no, pero eso es con la práctica, por la experiencia que tiene uno sabe en qué momento ya se debe sacar, ese es el secreto, yo preparo las carnitas, aunque ya no estoy pegado a la paila, porque tengo chalanes que me ayudan, pero les estoy diciendo lo que se debe hacer, subirle o bajarle a la llama”, explicó.

Finalmente don Jesús aprovechó el espacio para invitar a toda la población a que pasen a comer las deliciosas carnitas, el crujiente chicharrón y los inigualables tacos dorados de sesos.

“Aquí estaremos y si gustan venir a Tejería, el lugar preciso es Carnitas Porky, en la mera esquina del auténtico sabor, donde está el semáforo, aquí los esperamos.

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