A sus menos de 3 años de edad, Abraham tiene que viajar de Palma Sola, municipio de Alto Lucero, al Centro de Rehabilitación Infantil de Veracruz (Criver) para recibir atención y terapias.
Su madre, María de los Ángeles Salas Osorio, explica que viajan de la comunidad Cruz Blanca, municipio de Alto Lucero, a Veracruz, para que el menor reciba la atención.
Le han donado zapatos ortopédicos por ser una familia de bajos recursos, pero hacen falta terapias ante su problema de hipofonía (trastorno de la fonación relacionado con la cantidad de aire que pasa por las cuerdas vocales, que disminuye el tono de voz).
Además, el niño de 2 años y 10 meses de edad tiene hipofonía y una descoordinación motriz; tiene un lado más corto de su cadera porque nació prematuro, explica la mamá de Abraham.
"Está en terapia en el Criver y por lo que veo es para largo porque le ponen y le ponen citas, lleva terapia física, terapia ocupacional, terapia de comunicación humana; luego lo pasan a consulta en Pediatría, ortopedista, y tiene muchas consultas", explica María de los Ángeles Salas.
La fundación Mechones de Esperanza le donó los zapatos al menor, pero aún queda un largo camino por recorrer.
"Como él hace terapia física y por su problema, me dijeron que le iban a poner otro aparato, pero el ortopedista me dijo que ahorita no es recomendable, que vamos a probar con los zapatitos por lo de su piecito, primero hay que corregir lo de su piecito y más adelante con las terapias se verá cómo va mejorando.
"A mí me cuesta mucho para trasladarme a Palma Sola, que es donde yo bajo cada 8 días para traer a mi hijo al Criver. A nosotros nos apoya un transporte de Laguna Verde para poder traer a nuestros hijos que tienen alguna discapacidad, poder traerlos al Criver", señala Salas Osorio.
Destaca que requieren recursos para pagar terapias y consultas en el Criver, pues tienen un costo, aunque para las personas de bajos recursos es más bajo pero hay que pagarlo.
Fotos: Wenceslao Fuentes.
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