Las personas que caminan por el centro histórico de Veracruz pueden visitar el Instituto Veracruzano de la Cultura y apreciar el Altar de Muertos colocado en la capilla, visible desde la entrada, como parte de las actividades para contribuir a preservar las tradiciones mexicanas.
Al fondo del altar se aprecian imágenes religiosas enmarcadas por papel picado, y están colocadas varias velas, que dan la luz que acompañará a las almas en su recorrido.
Al frente se coloca una mesa con un mantel a base de papel picado, con una enorme canasta de pan de muerto, así como vasos con lo que se supone acostumbraban tomar algunas de las personas que ya no se encuentran en este mundo, además de frutas.
En otra mesa más al frente hay cestos con frutas, una enorme calabaza, una piña, trozos de caña de azúcar, plátanos, mandarinas y otras, es decir todo lo que le gustaba en vida a las personas.
Al frente de todo el altar, en el piso destaca una gran cruz elaborada a base de flores de cempasúchil, con un incensario en el centro.
LOS DEL IVEC
En otra sección del edificio construido en la época colonial se encuentra otro altar con fotografías de quienes han pasado por el IVEC y ya no se encuentran en este mundo, entre ellos su fundadora Ida Rodríguez Prampolini.
El IVEC se ubica en la calle Francisco Canal entre Zaragoza y Gómez Farías, en el centro histórico de Veracruz.
Además, en cada vivienda de Veracruz y de todo México, cada familia coloca en la medida de sus posibilidades económicas un altar generalmente modesto, dedicado a quienes se adelantaron en el viaje eterno: los padres, los abuelos, algún hermano e incluso algún hijo.
En los altares, además de las flores de cempasúchil, frutas, papel picado y alimentos que se supone comían en vida los ahora difuntos, tampoco puede faltar el café y sobre todo, la bebida espirituosa de su preferencia, como ron. torito, cerveza y hasta brandy y tequila.
Y para quienes dejaron este mundo siendo niños e incluso bebés, hay quienes les colocan un biberón con leche y algún juguete, sin faltar la veladora que iluminará su camino.