Los piojos son uno de los ectoparásitos que no respetan edad, sexo ni raza y que, en la temporada de calor, ponen en mayor riesgo a la población infantil, debido a que su reproducción es rápida y se propagan rápidamente, sobre todo, en los salones de clases.
De acuerdo a un informe de la Secretaría de Salud, en México, 3 de cada 10 niños padecen contagio de piojos. Esto les provoca una sensación de cosquilleo en la cabeza, granitos, irritación en el cuero cabelludo, ardor y comezón.
Los piojos se alimentan succionando la sangre del cuero cabelludo pues su saliva es irritante. Estos pequeños insectos necesitan el calor de una persona para sobrevivir, por ello se alojan mayormente en la nuca y detrás de las orejas.
Los piojos se pueden “transmitir” por contacto de la cabeza o al compartir artículos personales como peines, cepillos, almohadas, entre otros.
Desafortunadamente los especialistas del sector salud alertaron que no hay un método 100 por ciento efectivo para eliminar los piojos, por lo que se deben combinar champús, lociones y la remoción manual.
Además, un lavado con agua caliente durante 10 minutos de toallas, juguetes de tela, ropa de cama o cualquier otro objeto que haya tenido contacto con la cabeza de la persona con piojos.
Para prevenir que los niños y niñas padezcan de piojos, se recomienda revisar la cabeza periódicamente, bañarse diario, mantener el cabello recogido, desinfectar de forma constante los peines y cepillos y evitar usar o prestar de este tipo de objetos personales o implementos que se utilizan en la cabeza como gorras o pañuelos.
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