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La violencia entre estudiantes volvió a encender las alarmas en la capital veracruzana. Un video que se viralizó en redes sociales muestra a dos jóvenes enfrentándose a golpes en la glorieta Miguel Alemán, mientras sus compañeros los rodean, animan y graban la escena con sus teléfonos celulares. Los involucrados portaban los uniformes de la Escuela Secundaria General Número 1 y del CBTIS 13, dos de los planteles con mayor matrícula en la ciudad.
El hecho no es aislado. Comerciantes de la zona aseguran que las peleas entre estudiantes ocurren con frecuencia en este punto, aprovechando la escasa presencia policial y la facilidad para reunirse lejos de sus escuelas. "Cuando vemos que llegan en bola, ya sabemos lo que va a pasar", comentó un locatario.
"Es un ritual: se organizan, forman un círculo y dejan que dos se peleen mientras los demás graban y echan porras".
Las imágenes, ampliamente difundidas en plataformas digitales, han desatado el debate sobre el papel de las autoridades educativas y policiales para frenar esta clase de enfrentamientos, que cada vez parecen más normalizados entre los jóvenes.
El fenómeno de las peleas estudiantiles organizadas no es nuevo en México, pero su normalización en puntos estratégicos de la ciudad ha convertido espacios públicos en auténticos rings improvisados.
La glorieta Miguel Alemán es solo un ejemplo. Se trata de un punto de reunión donde los jóvenes, libres de la supervisión de maestros y directivos, pueden enfrentarse sin temor a sanciones inmediatas.
Las autoridades aún no han emitido un pronunciamiento oficial sobre el caso, pero la comunidad educativa y padres de familia exigen medidas más severas. Para algunos, se trata de simples riñas adolescentes; para otros, una señal preocupante de la violencia creciente en la sociedad.