Judith, madre de los hermanos de 13 y 22 años privados de la libertad y torturados en las instalaciones del C-4, pidió a las autoridades llegar hasta las últimas consecuencias por el caso, del que confirmó, hay denuncia en la Fiscalía de Cosoleacaque.
Al menos seis Policías Estatales, todos tripulantes de la patrulla SP- 3598, son acusados por abuso de autoridad y daños, lo que quedó plasmado en la carpeta de investigación 124/2023.
“Yo lo que pido es que se haga justicia con lo de mis hijos, yo pido que esto llegue hasta las últimas consecuencias por lo que se cometió”, declaró la afligida madre, al exponer que ella tuvo conocimiento de los hechos gracias a que hubo testigos de la situación.
“Nosotros fuimos a la comandancia de Mina y nos dijeron que ahí no estaban, después nos fuimos al C-4 y nos dijeron lo mismo. Como yo estaba tan desesperada, exigía que aparecieran mis hijos, pero me decían que no tenían a nadie”.
Agregó la señora Judith que, a eso de las seis de la mañana, en las afueras de la comandancia de Cosoleacaque, recibió a sus hijos que permanecieron privados de la libertad a manos de Policías Estatales, que justificaron la detención por una falta administrativa.
“Querían tres mil pesos de multa, pero les dije que no contaba con ese dinero y al final nos pidieron dos mil pesos, ya después me los entregaron, pero estaban golpeados”
El ama de casa narró que una vez estuvo con las víctimas, el menor de 13 años se soltó en llanto y contó lo sucedido en las horas de privación.
Entre lágrimas de impotencia y dolor, Judith puntualizó que se trata de un tormento que a nadie se lo desea, y por lo que busca únicamente justicia.
“No voy a parar hasta que esos malparidos paguen hasta las últimas consecuencias, todo fue aterrador por lo que mi hijo el mayor me contó, y él me dijo que yo no hiciera nada, así pasaron dos días y luego pensé, que hoy fue mi hijo y mañana puede ser otra persona”.
El ama de casa insistió en que desde esa noche viven aterrados y con miedo por las amenazas lanzadas por la Policía Estatal, pues los uniformados advirtieron al menor y a su hermano que no contaran nada de lo vivido en las horas de tortura a las que fueron sometidos.