El Lago de Pátzcuaro, en Michoacán, enfrenta una crisis sin precedentes debido a una combinación devastadora de sequía extrema y el 'huachicoleo' desenfrenado de agua para actividades agrícolas.
Imágenes recientes muestran un ecosistema irreconocible donde alguna vez prosperaron especies marinas como el ajolote, el pescado blanco y la trucha arcoíris. La magnitud de la sequía es tal que ahora es posible cruzar a pie lo que antes era el lecho acuático, transformado en un lodazal, incluso detrás del Monumento a Morelos.
Las autoridades estatales han identificado a los dueños de huertas de aguacate como los principales responsables de la extracción ilegal de agua del Lago de Pátzcuaro. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla ha señalado que este comportamiento ilegal está agravando la situación ya crítica de sequía en la región.
Para combatir esta problemática, se ha desplegado un contingente de 86 agentes de la Guardia Civil para resguardar la ribera del lago, y se están utilizando drones para identificar los puntos donde se lleva a cabo el robo de agua.
En cuanto al estado actual del Lago de Pátzcuaro, este se encuentra en una situación crítica, con apenas el 52% de su capacidad total. La sequía extrema que afecta a varios municipios ha exacerbado aún más la situación, llevando a residentes y agricultores a recurrir a prácticas ilegales para obtener agua.
El panorama es desolador, y las autoridades enfrentan el desafío urgente de abordar tanto la extracción ilegal de agua como la sequía que afecta a vastas regiones del país.