No es septiembre, conoce el mes en el que históricamente tiembla más en México

¿Es septiembre realmente el mes más sísmico en México? A pesar de la percepción generalizada de que septiembre es el mes más peligroso para los mexicanos en términos de actividad sísmica, los datos históricos muestran una realidad diferente.

Aunque en las últimas décadas septiembre ha sido testigo de terremotos significativos, como los ocurridos en 1985, 2017, 2019 y 2022, no es el mes con la mayor cantidad de sismos en la historia de México.

El mes con mayor actividad sísmica

Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han revelado que, cuando se analiza un período de tiempo más amplio, diciembre es en realidad el mes en el que se han registrado más sismos de gran magnitud en México.

Luis Quintanar Robles, jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó que, aunque septiembre ha concentrado casi un tercio de los sismos con magnitudes superiores a 7 en las últimas seis o siete décadas, diciembre lidera en términos históricos cuando se observan los últimos 120 años.

Según datos de la UNAM, en los últimos 100 años, diciembre ocupa el primer lugar en la lista de meses con más sismos fuertes, seguido de septiembre y junio.

Específicamente, se han registrado 12 sismos significativos en diciembre, 11 en septiembre y 10 en junio.

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La actividad sísmica en México: una lista en constante cambio

Es importante destacar que esta lista podría cambiar en el futuro, pues la actividad sísmica en México es constante y estos fenómenos naturales no pueden predecirse con exactitud.

Sin embargo, lo que queda claro es que diciembre tiene un historial sísmico más notable que septiembre, desafiando la percepción popular.

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Aguascalientes: ¿Por qué casi no tiembla allí?

En contraste, algunas regiones de México, como Aguascalientes, experimentan muy poca actividad sísmica. Esta ciudad está ubicada en una zona de baja sismicidad, lejos de las principales fallas tectónicas activas que se encuentran en el Pacífico y el sur del país.

Aunque existen fallas tectónicas en la región, estas son menos activas y no acumulan la misma tensión que las ubicadas en áreas más sísmicas de México.