Con la llegada del mes de mayo, los ojos se vuelven hacia el horizonte, conscientes de que la temporada de huracanes está por comenzar. Este año, como cada año, los mexicanos se preparan para enfrentar la posibilidad de tormentas y ciclones que afectan sus costas.
La temporada de huracanes en México se extiende desde mayo hasta noviembre, siendo este período crítico para la prevención y preparación ante posibles desastres naturales. Si bien las fechas exactas pueden variar, según las condiciones atmosféricas y las temperaturas de la superficie del mar, se espera que en el océano Pacífico los huracanes puedan comenzar a formarse a partir del 15 de mayo, mientras que en el Atlántico la temporada suele iniciar aproximadamente en junio.
Expertos como Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, señalan que se prevén alrededor de 12 ciclones en promedio cada año en el océano Atlántico, y alrededor de 16 ciclones por temporada en el océano Pacífico.
Es fundamental que las autoridades y la población estén alertas y tomen las medidas necesarias para protegerse y mitigar los efectos de estos fenómenos naturales, que pueden tener un impacto devastador en las comunidades costeras de México.
Con la llegada del mes de mayo, los ojos se vuelven hacia el horizonte, conscientes de que la temporada de huracanes está por comenzar. Este año, como cada año, los mexicanos se preparan para enfrentar la posibilidad de tormentas y ciclones que afectan sus costas.
La temporada de huracanes en México se extiende desde mayo hasta noviembre, siendo este período crítico para la prevención y preparación ante posibles desastres naturales. Si bien las fechas exactas pueden variar, según las condiciones atmosféricas y las temperaturas de la superficie del mar, se espera que en el océano Pacífico los huracanes puedan comenzar a formarse a partir del 15 de mayo, mientras que en el Atlántico la temporada suele iniciar aproximadamente en junio.
Expertos como Christian Domínguez Sarmiento, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, señalan que se prevén alrededor de 12 ciclones en promedio cada año en el océano Atlántico, y alrededor de 16 ciclones por temporada en el océano Pacífico.
Los huracanes son fenómenos meteorológicos complejos que se forman sobre aguas cálidas del océano y pueden causar devastación en las áreas costeras. Su formación implica una serie de procesos atmosféricos y oceanográficos.
Primero, las aguas cálidas, generalmente con una temperatura superior a los 26.5 grados Celsius, proporcionan la energía necesaria para alimentar el huracán. A medida que el aire caliente y húmedo se eleva desde la superficie del océano, crea áreas de baja presión.
El aire circundante comienza a fluir hacia estas áreas de baja presión, creando un sistema de circulación. A medida que el aire se eleva y se enfría, se condensa y forma nubes. Este proceso de condensación libera aún más calor latente, lo que alimenta aún más el sistema y lo hace más fuerte.
A medida que el sistema de baja presión se fortalece y se organiza, se forma una estructura característica de espiral en la superficie del océano. Cuando la velocidad del viento alcanza los 74 mph (119 km/h), el sistema se clasifica como un huracán.
Es importante tener en cuenta que, si bien los huracanes estacionarios pueden ser particularmente peligrosos debido a las fuertes lluvias que pueden provocar durante períodos prolongados, la intensidad de un huracán se determina principalmente por la velocidad del viento, no por la cantidad de lluvia que produce.