El planeta Tierra ha vivido a lo largo de millones y millones de años de historia varias etapas en las cuales toda la vida que alguna vez albergó ha estado al borde de desaparecer.
Estos procesos se conocen como extinciones masivas; científicos concuerdan en que nuestro hogar ha vivido al menos cinco de estas situaciones, y en este momento ya estaríamos viviendo una sexta, causada en gran medida por nuestro impacto en el medio ambiente.
Investigaciones hechas desde hace algún tiempo por biólogos de la Universidad de Hawái y del Museo Nacional de Historia Nacional de París y publicadas en la revista Biological Reviews, abren al debate la posibilidad de que estemos viviendo en estos momentos un nuevo evento de extinción.
En el documento, advierten que ‘debido a lo frío de los números’ podría parecer que no se está dando una muerte acelerada de especies; sin embargo, resaltan que hay datos que indican que cada vez son menores las poblaciones de diversos grupos de animales, lo cual es una señal de alarma.
Los científicos advirtieron también que la llamada ‘Lista Roja’ de especies en peligro era bastante ‘sesgada’, ya que esta se centra en exceso en animales vertebrados, aves, mamíferos y anfibios, dejando de lado a las especies invertebradas.
Tomar en cuenta a estos animales fue clave para el estudio ya que, desde el año 1500, se estima que más del 1.5 por ciento de especies vertebradas evaluadas se han extinguido; en contraste, entre un 7.5 por ciento y un 13 por ciento de invertebrados habría desaparecido en ese mismo periodo.
“A menudo se asume que la evaluación de las tasas de extinción de mamíferos y aves refleja las tasas de extinción de toda la biodiversidad, suposición aceptada por medios de comunicación y organizaciones científicas y de conservación centradas en ellos.
“Incluir a los invertebrados fue clave para confirmar que, efectivamente, estamos asistiendo al inicio de la sexta extinción masiva en la historia de la Tierra”, sentenciaron en el estudio.
Sobre posibles acciones para tratar de mitigar estos hechos, el estudio no ahonda mucho; sin embargo, el negar que está ocurriendo una crisis medioambiental y el no hacer nada al respecto tampoco aportan nada al futuro que enfrentamos.
Advirtieron sobre el gran número de personas que niegan que estamos viviendo una etapa clave en la vida de la Tierra, y que consideran que el manipular la biodiversidad solo debe hacerse en beneficio del hombre y no para preservar nuestro entorno.
Y es que el ser humano es la única especie que puede influir directamente en su entorno, al no estar atado a las influencias externas en su evolución; “somos la única especie que puede elegir conscientemente nuestro futuro y el de la biodiversidad de la Tierra”.