Un nuevo brote de viruela del mono, ahora llamada mpox, ha encendido las alarmas internacionales tras detectarse en la República Democrática del Congo (RDC) a finales de 2023.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado nuevamente una emergencia sanitaria internacional el 14 de agosto de 2024, tan solo 15 meses después de haber dado por terminada la alerta del brote anterior.
Esta vez, el peligro proviene del clado 1 del virus y una subvariante conocida como 1b, que podría ser más letal que el clado 2, responsable del brote de 2022.
El clado 1 de mpox ha sido menos común en brotes globales recientes, pero es conocido en África Central por ser más letal que su contraparte, el clado 2.
Los análisis realizados en Kivu del Sur, una región afectada por una crisis humanitaria, han revelado la presencia de la subvariante 1b, que ha demostrado una rápida propagación entre personas, especialmente a través del contacto cercano y posiblemente sexual.
Según el informe de la revista científica Nature, la expansión de esta nueva cepa ha sido facilitada por las trabajadoras sexuales y la alta movilidad de las poblaciones en la región, lo que ha dificultado el control del brote.
Anne Rimoin, epidemióloga de la Universidad de California en Los Ángeles, advierte que aún no está claro si la subvariante 1b presenta síntomas diferentes a los del clado 2, o si es más contagiosa.
Sin embargo, los datos preliminares sugieren que el clado 1, al que pertenece esta variante, tiene una tasa de mortalidad más alta.
En 2024, los países africanos ya han notificado más de 17,500 casos de mpox, superando las cifras de 2023. En la RDC, dos tercios de las infecciones han afectado a menores de 15 años, lo que indica una especial vulnerabilidad entre los más jóvenes.
Esta crisis sanitaria llega en un momento crítico, donde la inestabilidad y las limitaciones de recursos dificultan la detección y tratamiento de los casos.
En Europa, España sigue siendo uno de los países más afectados, habiendo registrado 264 casos en lo que va de 2024, aunque todos relacionados con el clado 2.
Mientras tanto, un caso reciente en Suecia ha levantado sospechas sobre la posible llegada del clado 1 a Europa, aunque aún no se ha confirmado si pertenece a la subvariante 1b.
Los científicos continúan investigando la peligrosidad de esta nueva variante. Según Espoir Bwenge Malembaka, epidemiólogo de la Universidad Católica de Bukavu, es crucial monitorear de cerca el comportamiento de la cepa 1b, especialmente dada su alta letalidad y el riesgo de que se extienda a otras regiones del mundo.
Aunque por ahora no hay pruebas de transmisión en Europa, los expertos instan a no bajar la guardia, ya que la historia reciente del mpox ha demostrado que las fronteras no son un obstáculo para este virus.