Ingenieros del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA desarrollan un enjambre de robots nadadores del tamaño de un teléfono móvil que podrían recorrer el agua bajo el caparazón helado de varios kilómetros de espesor de la luna Europa de Júpiter o de la luna Encélado de Saturno, en busca de signos de vida extraterrestre.
Los diminutos robots se liberarían bajo el agua, nadando lejos de su nave nodriza para tomar la medida de un nuevo mundo.
El concepto Sensing With Independent Micro-Swimmers (SWIM), en su fase inicial, prevé robots en forma de cuña de unos 12 centímetros de largo y un volumen de entre 60 y 75 centímetros cúbicos. Unas cuatro docenas de estos robots podrían caber en una sección de 4 pulgadas (10 centímetros de largo) de un criobot de 10 pulgadas (25 centímetros) de diámetro, ocupando sólo un 15% de la asignación de carga útil científica, lo que permitiría llevar más instrumentos a bordo.
Estos mini-nadadores serían mucho más pequeños que otros conceptos de robots de exploración oceánica planetaria, lo que permitiría cargar muchos de ellos de forma compacta en una sonda de hielo.
Cada uno de estos robots SWIM dispondría de su propio sistema de propulsión, ordenador de a bordo y sistema de comunicación por ultrasonidos, junto con sensores sencillos de temperatura, salinidad, acidez, presión y química para controlar los biomarcadores, es decir, las señales de vida.