El extravío del submarino Titán, perteneciente a la empresa OceanGate Expeditions, causó conmoción a nivel mundial, y más ahora que se han encontrado sus restos, lo que confirma la muerte de sus cinco tripulantes.
Lo que más ha sorprendido a los internautas no es el intento de la nave de llegar hasta las profundidades del Océano Atlántico para ver las ruinas del histórico barco naufragado ‘Titanic’, sino las condiciones y características del pequeño submarino.
Pero primero hay que entrar en contexto. El pasado domingo, el Titán, con cinco personas a bordo, inició una exploración hacia la zona en donde yace el Titanic, a más de 3 mil 500 metros de profundidad; sin embargo, ese mismo día en la noche se perdió total comunicación con el submarino.
La última señal que se tuvo de él fue a 700 kilómetros al sur de San Juan, en Terranova, Canadá. A partir de ese momento, autoridades iniciaron una carrera a contrarreloj para poder encontrar a la nave y rescatar a los tripulantes, quienes únicamente contaban con 96 horas de oxígeno.
Este jueves se cumplía el plazo, pero todas las esperanzas se esfumaron cuando la Guardia Costera de Estados Unidos halló un campo de escombros pertenecientes a la nave de OceanGate, por lo que la empresa dio oficialmente por muertos a los pasajeros.
El Titán era un pequeño submarino con capacidad para cinco pasajeros, incluido el piloto. Tenía un peso de 9 mil kilos fuera del agua y estaba compuesto de titanio y fibra de carbono para soportar las presiones de las profundidades de los océanos.
De acuerdo con la empresa OceanGate Expeditions, el submarino se distinguía por una “vista sin igual”, pues tenía la ventana más grande de cualquier sumergible de inmersión profunda, lo que permitía a los pasajeros apreciar el fondo del océano y, en este caso, los restos del Titanic.
La nave estaba equipada con cámaras de alta resolución, un escáner en su exterior, luces, tres pantallas y una consola de manejo, que presuntamente era operada con un control de PlayStation.
Sin embargo, pese a la tecnología, el submarino no era tan cómodo, pues medía apenas 670 cm x 280 cm x 250 cm, por lo que los pasajeros tenían que permanecer sentados en el piso, con la espalda recargada en la pared del reducido sumergible.