El pasado 28 de enero, la aeronave Learjet 55, con matrícula XA-UCI y siniestrada en Filadelfia, realizó una escala en el aeropuerto internacional Heriberto Jara Corona de Veracruz, antes del suceso que ha conmocionado a la comunidad internacional.
Según datos de FlightAware, el avión, que procedía de Phoenix, Arizona, aterrizó a las 15:57 horas en Veracruz, para luego despegar a las 17:15 con destino a Toluca y, posteriormente, a Querétaro y Albuquerque.
Este Learjet, utilizado como ambulancia aérea, tuvo un historial trágico.
La aeronave se estrelló la tarde del viernes en un vecindario al noroeste de Filadelfia, Estados Unidos, mientras se dirigía a Springfield, Missouri, con una ruta final programada para llegar finalmente a Tijuana, Baja California.
En el accidente fallecieron seis personas, todas de nacionalidad mexicana, entre ellas una niña que había sido tratada por una afección potencialmente mortal en Filadelfia, su madre y otras cuatro personas.
Shai Gold, portavoz de Jet Rescue Air Ambulance, propietario de la aeronave, afirmó que la tripulación, altamente experimentada y sujeta a rigurosos entrenamientos, seguía todos los protocolos de mantenimiento y seguridad.
Cuando ocurre un incidente de esta magnitud, es realmente impactante y sorprendente, declaró Gold a AP, enfatizando que ningún gasto se escatima en el mantenimiento de estas aeronaves críticas para salvar vidas.
Además de su papel en emergencias, Jet Rescue Air Ambulance es reconocida a nivel internacional por su labor en el transporte de pacientes críticos.
La empresa, con sede en México, ha prestado servicios notables, entre ellos el traslado del famoso beisbolista David Ortiz a Boston en 2019, así como el transporte de pacientes con COVID-19 en momentos críticos.
El incidente, sumado a otro accidente aéreo reciente en Washington, DC, intensifica el debate sobre la seguridad en el transporte aéreo de emergencia.