Casi tres décadas han pasado desde el fatídico 20 de octubre de 1995, cuando la ciudad de Misantla fue devastada por el huracán Roxana; sin embargo, el impacto de esta catástrofe natural aún perdura en la memoria de aquellos que vivieron la tragedia, y el miedo a que un evento similar vuelva a ocurrir sigue siendo una preocupación constante en la región, a pesar de los esfuerzos por construir muros de contención, existe un temor latente, ya que el saqueo constante de los recursos pétreos del río Misantla representa un peligro inminente.
El río Misantla, que desemboca en el río Palmas, es propenso a inundaciones repentinas debido a las precipitaciones que se acumulan en las sierras de Chiconquiaco y Misantla, las aguas de estos ríos convergen en el río Palchán, lo que hace que el sistema fluvial sea particularmente susceptible a crecidas rápidas y desbordamientos.
La zona de mayor riesgo en Misantla es La Purísima, que se encuentra a unos 3 kilómetros al norte del centro de la ciudad, a orillas del río Misantla, aquí, el río se encuentra a tan solo 12 metros de golpear directamente el muro de contención, esto genera una preocupación significativa, ya que el muro se considera insuficiente para proteger a la población de una inundación importante, como la que ocurrió en 1995 durante el paso del huracán Roxana, que afectó a más de 10 mil personas.
En años anteriores, la región contaba con un sistema de alerta temprana que permitía a las autoridades medir las precipitaciones y prever inundaciones, este sistema se basaba en estaciones de medición de precipitaciones que proporcionaban datos precisos. Sin embargo, este sistema se ha perdido con el tiempo, lo que representa un riesgo para la población, especialmente durante la noche cuando no es posible visualizar el aumento del nivel del río.
En su momento, Martín Mujica Martínez, ex director de Protección Civil en Misantla, explicó que en el pasado, cuando el sistema de alerta temprana estaba en funcionamiento, la población tenía la posibilidad de evacuar a tiempo en caso de inundación, sin embargo, este sistema ha desaparecido, y no se conocen las razones de su desaparición, enfatizó la importancia de contar con un sistema de alerta temprana para garantizar la seguridad de la comunidad, especialmente en situaciones de riesgo.
Hasta la fecha, la región de Misantla enfrenta la amenaza constante de inundaciones debido a la falta de un sistema de alerta temprana y a la escasez de recursos para fortalecer las medidas de prevención y protección, a pesar de los avances en la construcción de muros de contención, el peligro persiste, y la comunidad espera que las autoridades tomen medidas para garantizar la seguridad de la población en caso de una nueva inundación.
Misantla no olvidará ese día cuando cerca de 20 colonias se vieron sumamente afectadas: 200 casas con graves daños y miles de habitantes damnificados, casi la tercera parte de la ciudad se vio inundada, se llenó de lodo y todo lo que las turbulentas aguas arrastraban, enormes destrozos, especialmente en los Barrios del Zotuco, Nacaquinia, calles como la Obregón, la Carranza, el Callejón de las Gachupinas, parte de la Morelos, la Carranza, la Xalapa, la Comonfort, escuelas como la Secundaria Federal “Ignacio Mejía” la Primaria Manlio F. Altamirano, el CBTiS No. 67 sufrieron graves daños en su infraestructura.
La historia del otoño de 1995 dejó un saldo de destrucción en Misantla y otros municipios circundantes, con 31 colonias dañadas, 3 374 familias afectadas, 13 860 personas damnificadas y 331 casas dañadas, el temor a que una tragedia similar se repita sigue siendo una preocupación latente en la mente de los habitantes de Misantla, quienes anhelan medidas efectivas de prevención y un sistema de alerta temprana que les brinde seguridad y tranquilidad en caso de futuros eventos climáticos extremos.