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La producción de limón en la región atraviesa una etapa de incertidumbre debido a las afectaciones del clima, la escasez del fruto y la volatilidad en los precios del mercado, el ingeniero agrónomo Eloy Marín Hernández, especialista en el sector, explicó en entrevista que los cambios climáticos han impactado la floración, especialmente en la zona alta del municipio, donde las bajas temperaturas han provocado la quema de flores y una menor producción.
En contraste, en la parte baja, donde el clima es más estable, el impacto ha sido menor, aunque la producción sigue siendo limitada en comparación con otros años, este panorama ha generado preocupación entre los agricultores, quienes ven reducida su capacidad de cosecha en un periodo en el que tradicionalmente se esperaba un alto rendimiento.
Uno de los mayores retos para los productores ha sido la inestabilidad en los precios, según Marín Hernández, la caja de 25 kg de limón llegó a venderse en 100 pesos en meses anteriores, sin mostrar signos de recuperación, actualmente, el precio ha repuntado a 4.50 pesos por caja, lo que representa una leve mejoría, pero sigue estando lejos de los valores esperados en condiciones normales.
"Hoy en día, hay poca fruta en las huertas, lo que en otro momento habría elevado los precios, en años anteriores, con la situación actual, la caja debería costar entre 1,000 y 1,300 pesos, pero no es el caso, seguimos enfrentando un mercado incierto y una baja oferta", explicó el ingeniero.
Para contrarrestar los efectos de la sequía y otros factores climáticos adversos, los productores han optado por fortalecer sus cultivos con fertilizantes y tratamientos especializados, con el objetivo de mejorar la resistencia de los árboles y minimizar pérdidas en futuras cosechas.
A la problemática productiva y económica se suma la preocupación por la situación de los trabajadores del campo en Estados Unidos, muchos de los cuales son originarios de esta región y han contribuido por años a la estabilidad del sector agrícola en México.
"Sí ha impactado bastante, hay temor entre los campesinos que están en Estados Unidos ante posibles deportaciones, lo que sin duda repercutiría en la economía del sector aquí en México, muchos de nuestros paisanos trabajan en el campo allá y envían remesas que ayudan a sostener la producción local", señaló Marín Hernández.
El especialista concluyó con un mensaje de aliento a los productores, instándolos a mantenerse unidos y a continuar fortaleciendo sus huertas a pesar de los retos actuales, asimismo, expresó su esperanza de que la situación migratoria de los campesinos mexicanos en Estados Unidos se estabilice y no genere un impacto negativo en el sector agrícola nacional.