La tarde del domingo el señor Donato Siete Ramos, quien tiene su domicilio en la calle Miguel Hidalgo, a escasas dos cuadras del Puente del Berro, observó que el cielo se veía todo negro y le comentó a su esposa "algo va a pasar".
A los 20 minutos se oyó el estruendo que hacían piedras, ramas y troncos de árboles que bajaban arrastrados por una avalancha de lodo.
Como pudo, el señor colocó una tabla a la altura de la puerta y permaneció ahí sosteniéndola mientras el lodo se colaba por las orillas, pero gracias a eso, el nivel no alcanzó una gran altura en el interior de su domicilio.
No obstante, hay viviendas de ese lugar en donde el lodo llegó hasta medio metro de altura y a las primeras que les tocó de lleno el deslizamiento hasta un metro.
Incluso, a las puertas de su casa llegó un vehículo que fue arrastrado por la corriente.
De acuerdo con los pobladores, son alrededor de cien viviendas las afectadas, cuarenta de ellas con severos daños, ya que la barrancada del cerro de Omiquila las impactó primero, con grandes rocas que golpearon las cerca y paredes, dejando pérdida totales.
A pocos metros de la casa del señor Donato está la casa de un vendedor de frutas y verduras, quien sufrió la pérdida total de su mercancía, así como de los huacales que utiliza para acarrearla, los cuales quedaron llenos de lodo, mientras que al interior de su vivienda éste alcanzó el medio metro, lo que provocó que muebles y enseres se echaran a perder.
Otros vecinos comentaron también que perdieron camas, sillones, refrigeradores y otros enseres.
Una perrita callejera en el lugar deambulaba entre el lodo, buscando. Los vecinos comentaron que también fue afectada, pues su camada fue arrastrada por la corriente.