Muerte de Pablo 'destapó cloaca' de abusos policiales en Fortín

La señora Isabel Martínez Sandoval, madre de Pablo, joven de 19 años asesinado la madrugada del viernes 28 de febrero en Fortín por un policía municipal, señaló que en el municipio hay muchos casos de abusos cometidos por elementos policiacos.

Refirió que incluso una sobrina les indicó que recientemente también fue detenida por policías, quienes, dijo, "la manosearon".

"Desafortunadamente tuvo que pasar lo de mi hijo para que la gente se expresara"; sin embargo, sostuvo que "son muchos casos y quejas que hay".

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Isabel Martínez indicó que hay jóvenes que salen a divertirse o a trabajar y que cuando regresan a sus casas por las noches o madrugadas se encuentran a los policías, quienes les quitan su dinero y los golpean o manosean.

Dijo que de manera personal le ha tocado ver que hasta los desvisten en la calle.

El hermano de Pablo, Luis Fernando, indicó que se les han acercado decenas de personas para darles a conocer su testimonio; les han dicho que a sus hijos los han golpeado y fracturado, y no tienen por qué pasar las cosas de esa manera porque son muchachos que están disfrutando de su vida.

La señora Isabel, quien lamenta la pérdida de su hijo, pidió a la presidenta Claudia Sheinbaum "que se haga algo, que se vea que en Veracruz los jóvenes estudiantes no están seguros".

Luis Fernando, hermano de Pablo, comentó que después de trabajar o estudiar toda la semana hay muchachos que quieren salir a divertirse y que para regresar a sus domicilios toman un taxi, pero ni aun así están seguros porque los pueden detener para "revisar y golpearlos".

Mencionó que hay personas que por temor callan; por lo que si ellos también hubieran guardado silencio el policía que mató a su hermano no estaría detenido y otros jóvenes estarían corriendo riesgo.

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Por su parte el señor Manuel Ortigoza, padre de Pablo, comentó que el policía Abel "N" está detenido en La Toma, pero acaba de pedir al abogado que le envió el ayuntamiento que vea por sus derechos humanos, aunque a él, dijo, no le importó respetar los derechos humanos de Pablo.

Destacó que el joven asesinado era estudioso, trabajador y tenía su novia e iba a correr. "Venía a una veterinaria de Orizaba a trabajar en las mañanas y saliendo le daba tiempo de ir a practicar box".

Comentó que los fines de semana se daba tiempo para salir con su hermano, para ir al parque con su perro y esa era su vida; "no era ningún delincuente y quienes lo conocieron saben que era un buen muchacho que no se metía con nadie hasta que ese policía lo mató como a un animal".