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La última publicación de un piloto veracruzano antes de caer
*El vuelo que debía salvar vida terminó en tragedia*
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Nadie despierta sabiendo que ese es su último día de vida. Apenas unas horas antes de morir en un accidente en Filadelfia, el piloto veracruzano Josué Juárez se sentía "lleno de energía".
Así lo escribió en Facebook. También dejó una frase que ahora resuena con una ironía desoladora: "Ahora sí me fui hasta casa del... muuuy lejos".
- El mensaje fue acompañado por un emoji de energía. La frase quedó flotando como un presagio macabro, como esas señales que solo tienen sentido cuando ya es demasiado tarde.
Quienes lo conocían empezaron a comentar la publicación sin entender si hablaban con él o con su ausencia. Su foto, su frase, su broma. El accidente. Todo estaba ahí, en la misma pantalla.
- La última foto, el último mensaje, la última vez que alguien te ve. ¿Cómo se despide alguien que no sabe que se está despidiendo? La vida es una acumulación de últimas veces que no sabemos que lo son.
CAMINO A LA TRAGEDIA...
- Poco tiempo antes, una niña y su madre subieron al avión con el veracruzano, con esperanza. Bajaron como parte de una tragedia. El Learjet 55 XA-UCI de Jet Rescue Air Ambulance encendió motores en Filadelfia. Despegó. Trepó por el cielo helado de Pensilvania. Y cayó. La fatalidad no discrimina: cae el hombre y se deshace el sueño...
El accidente ocurrió entre Cottman Avenue y Roosevelt Boulevard, una zona en la que los gritos no duran, porque el tráfico y las sirenas los apagan rápido. Un estruendo, una explosión y después los restos de un avión que horas antes estaba entero, ordenado, funcional.
- El cielo, a veces, no devuelve a los suyos.
¿DÓNDE EMPIEZA UNA TRAGEDIA?
El avión estaba destinado a salvar vidas. Era una ambulancia aérea, diseñada para trasladar pacientes y llevarlos a la seguridad de otro país, otro hospital, otro quirófano. Ese día, trasladaba a una niña que había luchado contra el cáncer.
De alguna manera, el cielo decidió que no podía haber tantos sobrevivientes en la misma historia.
El veracruzano Josué Juárez y su copiloto, Alan Montoya, eran los responsables de llevar la aeronave de Filadelfia a Tijuana. Un vuelo más, lo de siempre. Volver a casa era la meta. Nunca llegaron.
- Las horas previas al despegue fueron de rutina. Josué publicó en redes sociales. Pero esta vez la rutina se convirtió en accidente. Nadie ha explicado qué falló. El avión se estrelló. Se partió en varios pedazos y ardió en un infierno breve, como si la ambulancia aérea hubiera cambiado de función.
La alcaldesa de Filadelfia, Cherelle L. Parker, lo confirmó en su cuenta de X: "Un avión se estrelló en las inmediaciones del centro comercial Roosevelt Mall. El accidente ocurrió poco después de las 6 de la tarde." Ninguno de los seis pasajeros sobrevivió.
Antes, el veracruzano había visto demasiadas veces lo que la gravedad le hace a los cuerpos. Ahora, su cuerpo era el que estaba ahí, entre los restos de lo que una vez fue una cabina.
LO QUE QUEDA DESPUÉS DE LA CAÍDA
- En Veracruz, los amigos de Josué lo despidieron con mensajes que no recibirán respuesta. "Vuela alto, hermano", "Dios te tenga en su gloria", "No lo puedo creer". ¿Qué queda de un hombre cuando solo persiste su última foto?
El accidente ocurrió el 31 de enero. La aeronave despegó y no llegó. Las investigaciones tardarán en confirmar lo que ya se sabe: que un hombre que había vivido en el aire terminó siendo cenizas en la tierra.
Las despedidas no se dicen, se viven en un golpe seco de realidad. ¿Qué le dirías a un hombre que ha volado demasiado alto y se ha perdido...?
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