Desaparición forzada se mantiene como práctica de Estado: John Gibler

El concepto de corrupción que enarbolan autoridades para señalar que hay cuerpos policiacos o militares sanos e infiltrados por elementos que los corrompen desde dentro no sirve y no explica la participación sistemática de fuerzas del Estado en ilícitos como el secuestro, extorsión, trata y tráfico de sustancias, consideró el periodista estadounidense John Gibler.

“Yo pienso que las fuerzas de seguridad del Estado y las fuerzas de justicia del Estado se han fusionado con los negocios ilícitos. O sea, son los policías antisecuestros los que secuestran, son los policías y las fuerzas antinarcotráfico quienes trafican. Eso es lo que nos muestra la investigación rigurosa de los hechos en Iguala la noche del 26 de septiembre del 2014, que las fuerzas del Estado y del narcotráfico estaban completamente fusionadas”, expuso.

En entrevista durante una visita que realizó a Orizaba, señaló que la desaparición forzada sigue siendo un instrumento de control a pesar del cambio de gobiernos.

Recordó el caso de Andrés Tzompaxtle Tecpile, militante del Ejército Popular Revolucionario, desaparecido en 1996 y quien sobrevivió a 4 meses de tortura en condición de desaparecido y logró fugarse, pero cuando lo hizo volvió a la clandestinidad, y el documentar esos hechos lo hizo reflexionar sobre el testimonio de una persona que lucha contra todo para sobrevivir en contra del propio Estado.

Sin embargo, destacó que aunado a ello esa historia reveló también la mentira del discurso oficial, que negaba la desaparición forzada como una herramienta de control de los opositores.

“Eso nos mostró que el Estado mantuvo la práctica, la costumbre y la infraestructura de la desaparición forzada, porque a Tzompaxtle lo movían entre casas de seguridad, bases de policía, campo militar. Eso nos muestra que el Estado mantuvo en todo momento la práctica, la voluntad y también como la capacidad del poder, la infraestructura de realizar una desaparición forzada”, apuntó.

También, mencionó que conforme avanzó el tiempo se mantuvo esa violencia política pero además como “una cosa mercantil” y eso es algo que en los últimos años se ha desbordado más y desde la campaña del actual presidente se volvió un conflicto, pues no dimensionó el problema de esa atrocidad que es la desaparición forzada.

Recordó que el mandatario federal hizo un solo compromiso con el caso de la desaparición forzada de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, “que hoy en día vemos que su propio gobierno está dinamitando el caso desde adentro, buscando la impunidad.