La tradicional cuesta de enero ha golpeado con fuerza a los comerciantes de Misantla, pero este año, el impacto ha sido más severo debido a la drástica reducción de remesas provenientes de Estados Unidos, la economía local, ya debilitada, enfrenta un panorama desalentador, donde las ventas han caído más del 60% y algunos negocios han comenzado a cerrar por la imposibilidad de cubrir sus gastos operativos.
Daniel Francisco Marcos, locatario del mercado municipal, compartió la difícil situación que atraviesan los locatarios, "esperábamos un repunte en diciembre, pero las ventas ya no son como antes, hay más competencia, la gente compra en línea y la crisis económica se siente en todos lados, en enero, con todos los pagos acumulados, las familias ya no tienen para gastar en lo que antes era una tradición: ropa, zapatos y otros artículos básicos", explicó.
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El comerciante recordó con nostalgia tiempos en los que el comercio florecía gracias a la bonanza del café, los cítricos y la pimienta, así como a la actividad de las fábricas de azúcar, sin embargo, hoy en día el panorama es muy distinto: la desaparición de estas fuentes de empleo y la caída en el valor del limón han debilitado aún más la economía regional.
A esta crisis se suma la disminución de las remesas enviadas por migrantes mexicanos en Estados Unidos, muchos de los cuales han sido deportados o han perdido sus empleos, "las familias que antes recibían dinero ya no lo están recibiendo, y eso impacta directamente en los comercios, si la gente no tiene dinero, no compra, y si no hay ventas, los negocios no pueden sostenerse", señaló.
Esta cadena de afectaciones no solo golpea a pequeños comerciantes, sino también a grandes empresas en otros estados como Puebla y Tlaxcala, donde los proveedores de Misantla solían surtirse, "es una crisis en cadena, si un sector cae, arrastra a los demás", lamentó Daniel Francisco Marcos.
Ante este panorama, algunos negocios han optado por cerrar, incapaces de costear rentas, electricidad y sueldos, otros han decidido resistir con la esperanza de que las ventas repunten en los próximos meses, "estamos en números rojos, pero seguimos con fe en que en febrero, abril o mayo pueda mejorar la situación, mientras tanto, nos apoyamos entre compañeros y familia", concluyó el secretario del mercado.
El comercio local se tambalea en un inicio de año complicado, marcado por la incertidumbre económica y la falta de apoyo gubernamental, los comerciantes, sin embargo, no pierden la esperanza de tiempos mejores, aunque son conscientes de que, sin inversión y sin medidas de reactivación, la recuperación será un camino cuesta arriba.