Una situación de indefensión grave afrontan las mujeres víctimas de violencia ante el cierre de los refugios debido a la falta de apoyos de la Federación y el estado, indicó Lizett Hernández Cruz, coordinadora de Kalli Luz Marina.
Destacó que es un problema grave pues muchas mujeres que sufren violencia no tienen a donde ir, no cuentan con una red de apoyo familiar o entre sus amistades, ni siquiera a nivel de sus comunidades.
Recordó que en esos casos, cuando se consideraba que está en riesgo la vida de las mujeres, se les canalizaba a refugios como el que había para la zona de las altas montañas, en donde recibían atención psicológica, representación legal, y ellas y sus hijos podían estar a salvo.
Sin embargo, indicó, ahora estas mujeres no tienen en donde resguardarse mientras aguardan justicia.
Consideró el Estado está siendo omiso en esta parte, pues en el presupuesto federal existe un anexo que obliga al Estado a etiquetar recursos para la reducción de las desigualdades entre hombres y mujeres y no se está cumpliendo.
“Con el tema de la pandemia, mucho de esos recursos se canalizó al tema de salud, lo que es comprensible; sin embargo, el tema de la violencia también representa un problema de salud pública”, destacó.
Hernández Cruz consideró como preocupante el que las autoridades estén dejando de lado su responsabilidad con este sector vulnerable.
Recordó que a la par de que se dejó de apoyar a los refugios, también se afectó la atención que se brindada de forma itinerante para la promoción de los derechos de las mujeres, mientras la violencia de género en todas sus expresiones sigue creciendo.