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Este martes 4 de marzo, comenzarán a aplicarse los aranceles del 25% que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prometió para las importaciones de México y Canadá desde el inicio de su administración, así como un 20% para los productos provenientes de China.
Trump ha justificado estas medidas refiriéndose a ellas como sanciones por el flujo desenfrenado de inmigrantes indocumentados y de sustancias ilícitas a través de la frontera estadounidense, además de declarar una emergencia económica.
Los tres países afectados son los principales socios comerciales de Estados Unidos, con 840 mil millones de dólares en exportaciones e importaciones con México, 762 mil millones con Canadá y 582 mil millones con China durante 2024; ahora, ante dichas medidas, los tres países han amenazado con represalias.
Estas medidas, al igual que sus posibles represalias, tendrían consecuencias adversas, tanto económicas como sociales, para millones de familias estadounidenses y mexicanas, pues provocarían un alza en el costo de productos básicos, así como afectar a miles de empleos y la relación bilateral entre nuestros países.
No obstante, analistas e inversores señalan que el mayor golpe con estos impuestos se lo llevarían los consumidores estadounidenses, viendo subir de precio a productos como los siguientes:
Y el sector agroalimentario en general, como los tomates. Estados Unidos ya atraviesa un alza en precios de alimentos, pero el golpe sería más notorio con los aguacates, que el 80% proviene de México y afectaría a la industria restaurantera.
Las importaciones de productos agrícolas mexicanos en Estados Unidos ascendieron a 49 mil millones de dólares en 2024.
Además, las posibles represalias de México y Canadá, como imponer sus propios aranceles a productos estadounidenses, pondrían en jaque a los agricultores de aquel país, pues ya antes se ha visto caída de exportaciones.
México con el tequila y la cerveza, y Canadá con el whisky son, después de la Unión Europea, los principales proveedores de bebidas alcohólicas para Estados Unidos, con importaciones que superaron los 4 mil 600 millones de dólares en 2023.
El Consejo de Bebidas Alcohólicas de EE.UU. señala que, pese a la intención de proteger los empleos estadounidenses, esa clase de productos sólo pueden elaborarse en sus países de origen, y el golpe se lo llevarían la industria hotelera y del entretenimiento, especialmente en estados como Texas o California, donde más copas se levantan.
La industria automotriz es todo un imperio, y han sobrado las cadenas de suministro en todo Norteamérica por décadas. Las importaciones en autos y camionetas de México ascendieron a 79 mmdd en 2024, y otros 81 mmdd en piezas para vehículos.
Según S&P Global Mobility, uno de cada cinco vehículos vendidos en EE.UU. fueron fabricados en México o Canadá, e incluso las piezas de origen estadounidense que llegan a nuestro país suelen ser puestas en automóviles que van de regreso al vecino del norte. "Es como lanzar una granada", dijo el analista Scott Lincicome.
Otros productos mexicanos que encarecerían inmediata y notablemente en los Estados Unidos serían las computadoras y electrodomésticos como refrigeradores.
Canadá es el proveedor de petróleo crudo por excelencia de Estados Unidos, con importaciones cercanas a los 100 mmdd en 2024, volviendo a las refinerías estadounidenses dependientes del mismo.
El impacto no sólo se limitaría a los bolsillos de los consumidores, sino también a la inflación y al mercado laboral, afectando más a los estados donde predomina el consumo de productos mexicanos.