Con una exhibición de recursos por parte de Carlos Alcaraz y una versión sólida pero sin alardes de Novak Djokovic, los dos principales candidatos al triunfo en Roland Garros entraron en liza este lunes firmando triunfos por la vía rápida ante rivales por debajo del Top-100.
Era el estreno más esperado y no defraudó. En su primer partido en un Grand Slam desde que lograra el último US Open y el número 1 mundial por primera vez, Alcaraz arrasó al italiano Flavio Cobolli, 159º mundial y procedente de la clasificación, por 6-0, 6-2 y 7-5.
Antes, con menos fuegos artificiales, Djokovic se encargó de domar al estadounidense Aleksandar Kovacevic, un chico de 24 años que se enamoró del tenis a los cinco, cuando en 2005 vio en directo un partido de la leyenda serbia en el US Open.
Casi dos décadas después se reencontraron en la Philippe Chatrier y ‘Djoko’, que llega casi sin rodaje a Roland Garros tras una fallida gira de tierra batida, resolvió por la vía rápida, venciendo por 6-3, 6-2 y 7-6 (7/1).
Cumplidos los 36 años hace una semana, parte del éxito del serbio en París pasa por dosificar fuerzas y encontrar el ritmo de crucero.
Djokovic se enfrentará en segunda ronda al húngaro Marton Fucsovics (80º), a quien derrotó las cuatro veces que se han enfrentado, en su camino por lograr un 23º título de Grand Slam y desempatar con Rafa Nadal.
Alcaraz, que jugará en segunda ronda con el japonés Taro Daniel, reconoció en rueda de prensa que ante Cobolli se llegó a sentir “invencible” en la primera manga, que saldó con un rosco.
En plenitud, rapidísimo de piernas y brillante en sus golpes, regaló una exhibición en la Suzanne Lenglen: 3-0 en 11 minutos, el primer set en 26 y el segundo en 27.
Cobolli, que sonreía mirando a su equipo después de algunos trucos de magia de su rival, se fue con el consuelo de haber aguantado el tipo en la última manga, con el público ya de su parte, deseoso, sin éxito, de alargar un rato más el espectáculo.