Uno de los grandes pendientes del fútbol internacional actual es la Finalissima, de nombre oficial Copa de Campeones Conmebol-UEFA. Esta competición es organizada por la FIFA, órgano rector del fútbol mundial, y enfrenta, como su nombre lo indica, al campeón de la Copa América y de la Eurocopa.
En el siglo XX, se denominaba Copa Artemio Franchi. Pese a su atractiva premisa, sólo se jugaron dos ediciones: 1985 (campeón Francia) y 1993 (campeón Argentina), para posteriormente ser reemplazada por la Copa Confederaciones.
En 2022 fue revivida en su antiguo formato y enfrentó a las selecciones de Argentina e Italia, y nuevamente la Albiceleste se quedó con el trofeo con una cómoda goleada por 3-0.
Los torneos continentales disputados en 2024 dejaron como campeones nuevamente a la selección de Argentina, del lado de Conmebol, y a España del lado de UEFA, por lo que es un hecho que ambas selecciones se enfrentarán en una nueva edición de la Finalissima, que se pensaba se disputaría este 2025.
Sin embargo, aunque existen fechas tentativas, las dificultades del calendario internacional continúan postergándolo, siendo que ambas selecciones ya tienen compromisos en sus confederaciones, y tampoco se ha definido una sede para el partido.
Hay dos versiones sobre cuándo se disputaría: la primera señala que sea en marzo de este año, pero es poco probable que se concrete, ya que la Albiceleste debe jugar las eliminatorias de Conmebol al Mundial 2026 con dos fechas ante Uruguay en Montevideo y ante Brasil en Buenos Aires. La Roja, por su parte, jugará los cuartos de final de la UEFA Nations League ante Países Bajos.
Por lo tanto, a nivel logístico, es poco práctico que se dispute este año, porque las Fechas FIFA estarán básicamente cargadas de eliminatorias, y cada seleccionado cuenta sólo con 10 días de disponibilidad, además de que uno de ellos tendrá que cruzar el Atlántico.
La versión más trascendente sobre cuándo se jugaría este partido apunta a marzo de 2026, a tan sólo tres meses de la Copa del Mundo, pues para entonces ya habrán terminado los compromisos clasificatorios, y sólo se estarían disputando los juegos de repechaje.
Todo dependerá entonces de que tanto los de Lionel Scaloni como los de Luis De la Fuente logren su clasificación directa al Mundial, para garantizar la disponibilidad de ambas selecciones en lo que sería ya la previa de la máxima fiesta del fútbol.