La salida del Secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado era inminente pues era imposible creer que a unos metros de la Torre de Seguridad Pública hubiera la posibilidad de entrar a un edificio y balear a una persona, pero además sin detener a nadie.
Ya son muchos los temas en materia de seguridad que atraviesa Xalapa y que se han ido presentando cada vez con mayor frecuencia y más gravedad.
Pero esta salida y el tema de la seguridad hacen reflexionar sobre el actuar gris no solo de las corporaciones estatales sino también de la Policía Municipal y de su mando que es la alcaldía de Xalapa, encabezada por Ricardo Ahued Bardahuil.
Y es que como bien señala el Secretario de Gobernación, Adán Augusto, los estados y los municipios no ponen de su parte. Y también son responsables.
Ahued ha declarado que gastará todo su presupuesto en obras para la ciudad ¿pero qué está haciendo para que los xalapeños tengan más seguridad?
Hasta el momento Ahued no ha dicho nada, pero es notable la ausencia de los policías municipales los cuales no se ven ni en el centro, ni en las colonias y los poco que hay en la ciudad sólo están parando a los ciudadanos y pidiendo dinero.
Y es que así como el alcalde se levanta temprano para supervisar la obra pública debiera también hacerlo para ver el accionar de sus policías.
Ser alcalde de una ciudad no solo es atender un sector o el rubro que más pudiera importarle o darle beneficios propios y a la ciudadanía, sino es “un todo” como dijera un conocido maestro de la vida.
De esta forma, en la capital veracruzana falta mucho por atender pero más aún por demostrar, un pueblo seguro es un pueblo en paz, tranquilo y que se siente satisfecho de su gobierno, y el que está a primera mano que es el municipal no le ha estado cumpliendo a los xalapeños.
Los xalapeños comentan que si el alcalde no puede al menos debería buscar una mejor y mayor coordinación con los mandos estatales y ahora que hubo cambio de Secretario de Seguridad ojalá sea una coyuntura para que existan mejores acuerdos entre Ahued y los nuevos funcionarios y se traduzca en resultados de una Xalapa segura en favor de la gente.
SE TEJAN ALIANZAS. VER PARA CREER. Desde Veracruz empresarios tejen alianzas y con sus reuniones confirman que los Yunes azules han buscado por donde se puede, el vínculo para llegar a las altas esferas y ser perdonados, y sin duda se aprovechan de todo lo que se pueda para lograrlo.
Así, se supo que recientemente dos integrantes de la familia Chedraui, empresarios caracterizados por el altruismo en Veracruz y Boca del Río, ofrecieron una cena recientemente a la esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador.
A Beatriz Gutiérrez Muller la acompañaba otra alta funcionaria, veracruzana, y quienes atendieron la invitación de los empresarios, pero un personaje estaba en esa reunión, a la que les convenía a todas luces a los Yunes panistas, su presencia y cercanía en dicha recepción.
Se trata de Carlos Ramos de la Medina, quien además es la cabeza visible como dueño de la polémica Torre centro, que el propio mandatario nacional, condenó a ser retirada, pues no armonizaba con la arquitectura y construcciones históricas del centro del puerto de Veracruz.
Todo parece indicar que el presunto prestanombres de la familia, y quien fuera suplente del entonces alcalde, Fernando Yunes Márquez, ha buscado por todos los medios, un puente para poder blindar el proyecto mobiliario del que aparenta ser el único responsable.
Y es que entonces cuando se dijo que dicho inmueble emblemático del Centro Histórico, era propiedad de la familia del alcalde y de la ahora alcaldesa, Patricia Lobeira. Fernando Yunes respondió que se trataba de una “payasada” pero no tardó en que se le relacionara a través de su prestanombre, Carlos Ramos Medina, y quien según oficio de la Dirección de Obras Públicas y Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Veracruz con fecha de inscripción del 21 de noviembre de 2018 era el propietario y representante legal del predio que abarca las calles de Xicoténcatl, Mariano Arista y el Callejón José M. Peña, donde se levantó dicha torre.
Pues es este personaje el quinto invitado a dicha cena donde obviamente no desaprovechó el momento ni las circunstancias para buscar no ser afectado en sus intereses empresariales. Algo fuera de lugar, por cierto.