En el tema de la alianza opositora para encarar el proceso electoral de 2024 en Veracruz, hasta hoy toda la atención se ha centrado en las negociaciones entre las diferentes fuerzas políticas y en los posibles candidatos tanto a la gubernatura como al Senado.
Se manejan con insistencia los nombres de José Francisco Yunes Zorrilla, Héctor Yunes Landa, algún integrante del grupo panista de Boca del Río –Fernando Yunes Márquez o Patricia Lobeira–, Julen Rementería del Puerto, Indira Rosales San Román y Anilú Ingram Vallines como posibles cartas a dichos espacios. Todos ellos son panistas o priistas.
En el caso de Movimiento Ciudadano, todavía no hay una señal clara sobre el rumbo que podría tomar ese partido; es decir, se ignora si la fuerza política encabezada por Dante Delgado se integraría a la coalición opositora o bien si opta por participar en solitario. Como sea, los nombres que más suenan son los de Sergio Gil Rullán, dirigente estatal del MC, y José Manuel del Río Virgen, actual secretario técnico de la Junta de Coordinación Política en el Senado.
Si MC no va en la alianza, uno de ellos podría ser abanderado a la gubernatura y el otro al senado; en tanto que una de las dos diputadas locales del partido –Ruth Callejas Roldán o Maribel Ramírez Topete– iría también por la Cámara Alta, en primera o segunda fórmula.
Por otro lado, si en Veracruz el Partido Verde decidiera sumarse a la oposición –lo que no resulta improbable–, dos cartas roban cámara para alguna posición al Senado: Javier Herrera Borunda y Alberto Silva Ramos, ambos, cercanos a Manuel Velasco.
Donde no se ve algún cuadro representativo de dimensiones estatales es en el PRD veracruzano; el Sol Azteca carece de fuerza y después de su alianza con panistas y priistas, el partido terminó desdibujado. En el proceso de 2021 para la renovación de la Legislatura estatal, no llegó ni a 200 mil votos, 5.6 por ciento del total.
Si hace dos décadas el PRD disputaba al PAN el segundo lugar como fuerza política, hoy este partido representa muy poco, casi nada; cayó al sexto lugar y parece más cerca de perder el registro que de resurgir a una posición medianamente competitiva.
Carece de cartas de tamaño estatal y las que tiene están ahora más identificadas y alineadas con Morena y con Palacio de Gobierno que con el bloque opositor.
El único diputado federal perredista, Jesús Velázquez Flores, está perdido; y las dos legisladoras que llegaron al Congreso local como representantes del PRD –Perla Eufemia Romero Rodríguez y Lidia Irma Mezhua Campos– tardaron más en bajar el brazo después de rendir protesta que en adherirse a la bancada de Morena. Las dos entraron a la Legislatura por la vía plurinominal; una es hija del ex alcalde de Papantla, Marcos Romero; y la otra, hermana del ex alcalde de Zongolica Juan Carlos Mezhua.
El punto es que dada su escasa representatividad, a lo único que podría aspirar el perredismo es a incluir candidatos en algunos distritos, pero no a encabezar fórmulas en cargos estatales; esos espacios se reservarán para PAN, PRI y, de integrar un bloque opositor, para PVEM y MC. @luisromero85