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TIEMPO EN LA REGIÓN
12 de febrero del 2025
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Por Delio Salas
Columna:

Mueve la hierba para que salte la serpiente

2025-02-12 | 07:14 a.m.
Mueve la hierba para que salte la serpiente
Diario del IstmoDiario del Istmo

En la vida, nuestra naturaleza humana nos impulsa a buscar la verdad, a desentrañar lo oculto y a entender los misterios que se esconden en las relaciones interpersonales. A menudo, caemos en el error de pensar que basta con conocer las palabras de los demás, sus promesas o sus gestos más superficiales para entender sus intenciones. Sin embargo, si deseamos realmente conocer a las personas que nos rodean—amigos, pareja, familia o colegas—debemos aprender a mover la hierba y observar cómo se comporta la serpiente. Este proverbio, que en su esencia nos invita a indagar con sabiduría en lo que está oculto, tiene una profundidad psicológica y filosófica que requiere reflexión.

El concepto de "mover la hierba" no se refiere simplemente a generar un conflicto o provocar una reacción directa, sino a la acción de observar, explorar y desentrañar lo que se esconde bajo la superficie. Las personas no son simplemente lo que dicen o lo que aparentan ser. Son el resultado de su historia, de sus experiencias, de sus traumas y, sobre todo, de sus mecanismos de defensa ante el mundo.

Cuando hablamos de amigos, familiares o incluso de una pareja, estamos hablando de seres humanos complejos que, al igual que nosotros, tienen sus propios miedos, inseguridades, deseos y expectativas. No siempre es sencillo identificar sus intenciones, pero a veces es necesario hacerlo para protegernos o para saber qué esperar de ellos. Al mover la hierba, hacemos el esfuerzo consciente de observar sus comportamientos, sus reacciones ante diferentes situaciones, y, en especial, su conducta cuando se sienten presionados o cuando la situación los pone al límite.

Es en estos momentos de presión donde las personas revelan lo que realmente son. La forma en que alguien actúa ante la adversidad, cómo responde a las críticas o incluso cómo maneja la frustración, son las verdaderas señales que nos indican su esencia. No es que se trate de buscar defectos o de cuestionar cada palabra o gesto, sino de ser conscientes de que, en el fondo, todos estamos protegiendo algo.

Todos llevamos una especie de máscara, pero la manera en que reaccionamos ante ciertos estímulos puede dar pistas valiosas sobre lo que realmente hay dentro. Es importante señalar que este proceso de "mover la hierba" no debe verse como una táctica de desconfianza o manipulación. Más bien, es una invitación a la observación y a la reflexión profunda.

Al conocer los mecanismos de defensa y las vulnerabilidades de los demás, somos capaces de tomar decisiones más informadas, evitando sorpresas desagradables, pero también promoviendo relaciones más auténticas y enriquecedoras.

Este ejercicio de observación consciente es un acto de amor propio y de responsabilidad hacia los demás, ya que nos permite saber cuándo dar nuestra confianza y cuándo poner límites. La moraleja de este razonamiento es clara: La sabiduría radica en saber observar lo que no se ve, en leer entre líneas y en comprender que no todo lo que brilla es oro. A veces, en lugar de forzar una conexión o esperar que alguien nos dé lo que queremos de manera inmediata, es necesario aprender a observar el contexto, el comportamiento genuino, y entender que no todo es tan evidente como parece.

Mover la hierba es un acto de paciencia, de introspección y, sobre todo, de respeto hacia lo que otros puedan ocultar o no mostrar a simple vista. Al final del día, entender a las personas que nos rodean no es tarea fácil, pero es esencial para el desarrollo de relaciones más saludables y conscientes. Así como al mover la hierba se puede esperar la aparición de la serpiente, en la vida, al mover las capas de lo superficial, siempre encontraremos las verdades que, aunque incómodas, nos permitirán actuar con mayor claridad y sabiduría. Soy Delio Salas y recuerda que el año tiene 365 días, pero nosotros tenemos un minuto para crecer.

Los comentarios a delio.salas@gmail.com

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