La Semana Mundial del Agua es la principal conferencia sobre cuestiones mundiales del agua, que se celebra todos los años desde 1991.
En el 2010, la Asamblea General de la ONU reconoció el derecho de todas las personas al agua y al saneamiento. Ello implica que cada persona debería tener acceso a una cantidad suficiente de agua para uso doméstico: entre 50 y 100 litros de agua al día. Y además que esta sea segura, aceptable y asequible. Su costo no debe suponer más del 3% de los ingresos del hogar. Y la fuente no debe estar más lejos de 1 Km del hogar ni superar los 30 minutos.
En 2022, la Semana Mundial del Agua se celebra en Estocolmo Suecia, del 23 al 31 de agosto, en medio de una crisis histórica por la escasez del preciado recurso en el planeta. Es un punto estratégico para los problemas del agua en todo el mundo. Con ella se pretende reflexionar sobre los problemas de la falta de agua en el mundo, con el lema “Ver lo invisible: el valor del agua”.
Dirigido por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, el Simposio se ocupa de una amplia gama de temas de agua, desarrollo y sostenibilidad del mundo y los problemas conexos del desarrollo internacional, abordando temas como: La optimización y potencialización de la inversión en agua; Mejor toma de decisiones para la seguridad del agua; Herramientas para valorar los ecosistemas, soluciones basadas en la naturaleza; Promover el desarrollo mediante el poder del agua y el arte, entre otros.
El objetivo del encuentro es desarrollar soluciones para los mayores desafíos del planeta relacionados con el agua, como la pobreza, la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.
El agua es el elemento básico sin el cual no está garantizada la vida. Y sin embargo es un recurso escaso en algunas zonas del mundo, con datos alarmantes.
Se estima que 4 de cada 10 habitantes del planeta están afectados por escasez de agua.
Según UNICEF y la Organización Mundial de la Salud: 2.1 billones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable, 4.5 billones de personas carecen de servicios de saneamiento seguros, 340,000 niños menores de cinco años mueren cada año por enfermedades diarreicas y al menos 1,800 millones de personas en todo el mundo beben agua que no está protegida contra la contaminación de las heces.
Las alteraciones que el hombre está causando en el clima afectan a las precipitaciones y la temperatura y a la intensidad, duración y ocurrencia de los eventos climáticos. Estos cambios tienen graves consecuencias para la disponibilidad de los recursos hídricos al producir: Un gran descenso en las reservas netas de agua y una degradación y pérdida de calidad en las mismas.
Actualmente el agua se encuentra en situación de amenaza por el crecimiento de la población, el aumento de demandas, el uso en grandes industrias como agricultura o ganadería. Además, a esta situación tenemos que añadir el empeoramiento de los impactos del cambio climático que están avanzando más rápido de lo establecido.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.