A medida que se acerca el fin del sexenio del Gobernador Cuitláhuac García se va perdiendo el respeto a su investidura y las protestas y manifestaciones se aceleran y salen a relucir algunas de las lacras de su administración, sobre todo de sus funcionarios más cercanos quienes no quisieron desaprovechar la oportunidad de quedarse con los recursos públicos que les pertenecen al pueblo veracruzano.
No corrían riesgos por tener el control absoluto del poder judicial.
Lo que se supo desde un principio, que el subsecretario de Finanzas Eleazar Guerrero Pérez con el sello de la casa en cuanto al puro nepotismo, es el funcionario que maneja a su antojo las finanzas del erario, dejando al titular de la dependencia el economista José Luis Lima como un elegante florero y quien tendrá que pagar las graves responsabilidades cuando termine el primer sexenio de Morena en la entidad veracruzana.
Lamentablemente para el presidente López Obrador que confiaba en el ejecutivo estatal y que el tiempo le da la razón a sus opositores no sólo de otros partidos políticos, sino los que son más críticos de su propio instituto que se sienten defraudados, para que al final resultara igual de los gobernadores del partido tricolor y del PAN, este último que afortunadamente sólo duro dos años muy fructíferos para su patrimonio familiar.
La tentación de la corrupción en gran escala se hizo presente desde el inicio, pero el descaro del cinismo de lucirla, sin perder la respetabilidad, como atinadamente afirma el primer mandatario que ha tenido como su principal prioridad la honestidad de los servidores públicos.
Simplemente los miembros de la alta burocracia no se aguantaron, porque tenían la certeza que con el nuevo gobernante estatal no podían repetir.
El tema de la corrupción será la bandera de la campaña política del sucesor del ingeniero García Jiménez. Es el lado flaco del primer gobierno de la esperanza que traicionó a la izquierda veracruzana.
No se explica el silencio del rector de la Universidad Veracruzana Martín Aguilar Sánchez ante el brutal recorte a su presupuesto de la máxima casa de estudios del estado, considerando el elevado número de aspirantes y que se quedan fuera por falta de cupo y que con este recurso que le quitaron podría haber aumentado el número de aulas y de plazas para maestros.
Sobre todo, porque cuenta con el apoyo del estudiantado y no hay autoridad que se confronte con el alumnado universitario.
Una muestra de la unidad que existe en Morena es la candidatura de la maestra Delfina Gómez para ser la próxima gobernadora del Estado de México y el nombrar como su coordinador de Campaña a Horacio Duarte el ex director de Aduanas y al senador de Higinio Martínez como su delegado especial en el proceso electoral. Ambos funcionarios fueron hasta el final los que compitieron para ser los candidatos y las encuestas encumbraron a la ex alcaldesa de Texcoco Gómez Álvarez y se unieron para garantizar el triunfo en la que no hubo fracturas como esperaban los opositores.
Alejandra del Moral será la candidata de la coalición PRI-PAN-PRD y cuenta con todos los recursos que le otorga el gobierno estatal de Alfredo del Mazo que no quiere que se pierda le hegemonía política del tricolor de los últimos 95 años.
Es clave el triunfo en el estado más poblado del país que inclina la balanza de las elecciones presidenciales del 2024.