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El 20 de diciembre de 2023, Anilú Ingram Vallines, siendo diputada local plurinominal, salía de una reunión con la dirigencia nacional del PRI, con el rostro desencajado directo a anunciar su renuncia al partido.
Durante el encuentro, se le había informado que Pepe Yunes era el candidato a la gubernatura de Veracruz por designación directa del líder priista, Alito Moreno.
Uno o dos días después, empezaba de lleno su militancia en la 4T, sumándose a los trabajos para promover a Claudia Sheinbaum Pardo, quien a la postre logró una arrasadora victoria en las urnas para ser actualmente la presidenta de México.
Pero si en algo fue clara Anilú en ese momento, fue que su trabajo en la campaña morenista no se encontraba supeditada al pago de un cargo público, tanto que no participó como candidata en las elecciones del 2024.
No obstante, era más que obvio que el plan de Anilú se encontraba con la mirada en las elecciones del 2025, para competir por la alcaldía de Veracruz y sabía que para ello tendría que hacer primero talacha.
Pero, contrario a lo que pensó o acordó al momento de aterrizar a la cuatro, su corta trayectoria como morenista no le alcanzó para conseguir lo que quería y aquella imagen de ella saliendo con el rostro desencajado, después de reunirse con liderazgos del PRI, se repitió de nuevo el pasado jueves, cuando fue citada por la dirigencia nacional de Morena para que le informaran que era Rosa María Hernández Espejo la que había ganado en el proceso interno y recibiría la designación de promotora de la 4T.
Anilú salió de nuevo con el rostro congelado, sin dar comentarios y apresurada, dicen, a recriminar que no se le haya respetado el esfuerzo.
Las señales siempre fueron claras, la diputada federal, Rosa María Hernández Espejo, se perfilaba para ser designada como promotora de la 4T desde el inicio del proceso electoral interno de Morena, para designar la candidatura a la alcaldía del puerto de Veracruz.
La legisladora llegaba a las elecciones internas con dos victorias en las urnas al hilo, en el 2021 y en el 2024, en las que logró arrebatar al Partido Acción Nacional (PAN) los dos distritos en donde se supone tienen construido su bastión político.
Además, de las cuatro personas que se postularon, con la trayectoria más larga dentro del partido, y con una trayectoria todavía más larga en la izquierda.
Lo único que detuvo su nominación hasta estas fechas, es la presión que ejercieron los neomorenistas como Anilú para no perder la cuota de poder político que han venido construyendo en la historia reciente del partido.
Afirman fuentes que lo que busca la expriista es que se le concedan al menos dos regidurías en donde podría ir ella o personas allegadas, desde las que tendría oportunidad de mantener su cuota política y construir para el 2029.
Rosa María, en lo público, ya le ofreció sumarse a su proyecto y tiene de dos, sumarse o sumirse.
Nota al margen:
Mientras Anilú aprieta como si el futuro dependiera de ello, siempre fue Rosa María la que tenía la carta ganadora en la manga. ¿Será que, en política, como en el ajedrez, la verdadera maestra siempre tiene el as bajo la manga?
@VictorToriz