El súper delegado en Veracruz, Manuel Huerta, puso el dedo en la llaga, cuando señaló que las: “prácticas porfiristas” de la cargada y el acarreo para apoyar a alguno de los aspirantes a los puestos de elección y quienes así lo hagan, sólo son una mala caricatura de la política del pasado y ello no va con los principios del MORENA”.
El comentario, salió a relucir, cuando los reporteros le pidieron opinión sobre los funcionarios estatales, que se fueron a realizar proselitismo al Estado de México, a la más pura usanza de los priistas.
Así pues, la coyuntura dio paso a una gran verdad: la subcultura creada por el PRI (que también sería usada por los panistas y los neoliberales salinistas), ha permeado buena parte del movimiento lopezobradorista, sólo aquellos que se formaron en la izquierda, han permanecido alejados de los perniciosos hábitos.
Justamente, formado en la Línea de Masas, Huerta tiene claro que la construcción de una base ideológica (más que electoral), obedece al trabajo de campo con los sectores más vulnerables y va más allá de realizar papaquis proselitistas con una batucada.
No cabe duda, el poder ha mareado (y exhibido), a muchos morenos que olvidan el verdadero espíritu de la izquierda, la cual, en su ánimo esencial, consiste en aplicar la onceava Tesis sobre Feuerbach, escrita por Carlos Marx: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.
Ese es el punto señores, hay que transformar, circunstancia que se logra, en principio, dejando de replicar el pasado. O sea, no sigan simulando.