Luego de las múltiples quejas de los ciudadanos, finalmente el gobierno municipal de Veracruz ha iniciado un programa de bacheo en diversos puntos de la ciudad.
Personal del Ayuntamiento y de la dirección de obras públicas, trabaja intensamente para paliar el grave problema de baches y hundimientos que se registra en la ciudad, y que tantas quejas y malestar ha provocado entre los veracruzanos.
No hay lugar para felicitaciones, es su obligación, pero sí para reconocer que, en respuesta a las críticas, han puesto manos a la obra para atender la problemática.
El problema persiste, los daños a la infraestructura urbana, derivado de años de malos o nulos programas de mantenimiento, requiere de un plan permanente y de la voluntad de priorizar recursos.
El uso de material de baja calidad es otro factor que incide y que ha convertido la problemática en cíclica; todos los años en época de lluvias, la ciudad se convierte en campo minado y en un peligro para automovilistas y transeúntes.
No todo el problema es responsabilidad directa del Ayuntamiento, Grupo MAS, la empresa que tiene concesionada el agua en Veracruz, también es corresponsable del mantenimiento y reparación de los múltiples hundimientos y socavones que proliferan en la ciudad. Pero al igual que la autoridad municipal, también esta rebasada y su servicio deja mucho que desear.
Al final, ni la autoridad ni la empresa están dándole el servicio a los ciudadanos que son los que sufren los efectos del deterioro de la infraestructura urbana.
La presión social y de los medios es fundamental para obligar en buena lid, a que las autoridades hagan su trabajo. Denunciar y exigir es un derecho ciudadano, cumplir es una obligación de la autoridad.
Quienes aspiran y asumen un puesto de responsabilidad pública, deben entender que se someten al escrutinio de la sociedad; el que no esté dispuesto a ello, debería dedicarse a otra cosa.