El uso de la inteligencia artificial para generar contenidos de campañas negras, de ataques y denostación contra diversos candidatos, se ha convertido en una realidad.
En redes sociales, con frecuencia se observan videos o supuestas grabaciones telefónicas que se atribuyen a los aspirantes a cargos de elección popular.
En Veracruz, por ejemplo, circula un video con la supuesta voz de la candidata de la alianza “Sigamos haciendo historia” a la gubernatura del Estado, Rocío Nahle, hablando de corrupción en la Presidencia de la República.
En otro material colocan la voz de López Obrador, en conferencia mañanera, hablando del derroche de recursos de candidatos y ligando ese tema con la candidata al gobierno veracruzano. Son materiales falsos, elaborados a partir de plataformas de inteligencia artificial o bien con programas básicos de edición.
El candidato opositor al gobierno estatal, Pepe Yunes, tampoco se ha salvado de ese tipo de contenidos: de forma reciente circuló un audio “fake” en que el candidato de “Fuerza y corazón por Veracruz” mantiene un supuesto diálogo con Miguel Ángel Yunes, aspirante al Senado, en el que asumen la estrategia mediática de ataque contra Nahle, a quien reconocen amplia ventaja.
En ambos casos, se trata de contenidos falsos.
La magistrada presidenta del Tribunal Electoral de Veracruz, Tania Celina Vásquez Muñoz, maestra en Derecho Constitucional y Amparo, doctora en Derecho Público, ha sido enfática al señalar los riesgos que representa el mal uso de la inteligencia artificial para calumniar y lanzar ataques contra los adversarios políticos, en el marco de las campañas del presente año.
Lamentablemente, apunta, México se rezaga en la aprobación de leyes que regulen ese tipo de mensajes.
El tema se ha analizado y discutido en el Congreso; incluso forma parte de la agenda legislativa en el Senado, pero para este proceso electoral no hay leyes que lo regulen.
Durante la primera semana de marzo del presente año, en el Senado dio a conocer un documento presentado a los candidatos presidenciales, que contenía recomendaciones para promover la regulación de la inteligencia artificial en México.
Antes de ello, el grupo legislativo de Acción Nacional presentó la Iniciativa de Ley para la Regulación Ética de la Inteligencia Artificial para los Estados Unidos Mexicanos, que descansa en un archivero del Congreso.
A pesar de las propuestas ciudadanas y de las iniciativas planteadas en el Poder Legislativo, el tema sigue sin regularse y las redes sociales se inundan de contenidos que buscan denostar a los candidatos; de las campañas negras ninguno de ellos está a salvo; ni siquiera el presidente, cuya voz e imagen se usan para difundir mensajes en la red social “Facebook”, en los que recomienda una supuesta plataforma de inversiones.
Al final, las herramientas que ofrece la inteligencia artificial, cuyo uso además es libre en la red, se enfocan cada vez más en la guerra sucia y la difamación dentro de las estrategias de las campañas.
Lo lamentable es que la inteligencia artificial, que es el presente y el futuro de la educación y las actividades productivas, se usa también en el marco de las campañas políticas para la agresión, el ataque y la calumnia.