Dos importantes entes de ingreso para el gobierno municipal de Veracruz puerto, del partido Acción Nacional, es decir negocios azules por llamarles de alguna forma, se vieron seriamente afectados antes y después de las elecciones.
Pero además del golpe financiero a estas dos entidades, el peor fue el descalabro político, y aún cuando se hizo todo lo posible porque con algunas acciones, como tratar de aminorar con pipas el efecto de la escasez de agua –aseguran- provocado por el mismo Grupo MAS, y se retiraron los retenes de vialidad donde millones de pesos a la semana eran recaudados a través de multas, no fue suficiente para evitar perder el control político electoral en el puerto.
El daño mayor fue a través del multicitado Grupo MAS y que mantiene enardecida a la población. Por la falta de agua en decenas de colonias con un impacto a decenas de miles de familias veracruzanas, y por los altos costos del servicio que cada mes se ve reflejado en los recibos de los usuarios. Y cuyo pago no equipara la calidad del servicio que debería brindar el organismo.
En tanto, unas semanas antes de iniciar campaña electoral para gobernador. El partido Acción Nacional o más bien el ayuntamiento que gobierna bajo las siglas del PAN, presidido por la señora Patricia Lobeira de Yunes, ordenó suspender los operativos de vialidad, en particular el que instalaban todos los días, excepto fin de semana, en la avenida Rafael Cuervo adelante del entronque con la Avenida Miguel Angel de Quevedo.
Con estas acciones de tránsito municipal y en multas en general, de acuerdo a información publicada en un reportaje firmado de Imagen de Veracruz, de enero a septiembre del 2023 se captaron más de 35 millones de pesos.
Es decir, un promedio de 4 millones de pesos cada mes. Esto sin contar otro tipo de operativos realizados como de tipo alcoholímetro o en otros puntos para “inhibir la delincuencia” pero que al final le retribuye en sanciones económicas e ingresos para el ayuntamiento.
En ambos casos se reduce el tema a pérdidas.
En el caso de Grupo MAS, según el alcalde de Medellín, Marcos Isleño, el organismo encargado de abastecer el vital líquido a Veracruz puerto y a ese municipio, no dragó el río Jamapa, por lo que su capacidad para abastecer el suministro se redujo, pero no es que el afluente estuviera seco.
Calificó como criminal la acción, por lo que esto entraría en otro tema legal y sería muy grave, si así fuera.
Una vez que el abasto se vio disminuido y la capacidad de llevar a gua por las redes normales a los domicilios de las familias, entonces el grupo MAS debió implementar el sistema de tandeo. Decenas y decenas de pipas fueron habilitadas para que diariamente hicieran la entrega sin que se dieran a abasto, tanto así que no pararon las protestas de los colonos casi a diario.
Todavía ayer nuevos inconformes se presentaron a bloquear las instalaciones del grupo.
Esto derivó en una crisis no solo de escasez de agua y un caos entre la población sino en una crisis política que llevó al enfrentamiento a las autoridades locales y estatales. Y en el caso de la presidenta municipal, a deslindarse de no poder pedir que se le cancele la concesión al grupo porque para operar el sistema de agua requiere mil millones de pesos, que debería darle el gobierno estatal, según dijo.
En fin, el hecho es que por un lado, la necesidades de remediar el abasto de agua por medio de tandeo debió generar pérdidas cuantiosas al consorcio empresarial que explota y se enriquece de los bolsillos de los veracruzanos con un derecho humano legítimo al que una sociedad merece, el uso y consumo de agua.
Por otro, en el caso de tránsito municipal dejaron de ingresar al menos por 3 meses, los dos de campaña y este mes de junio, una docena de millones de pesos que también eran sacados de los ciudadanos vía multas. Sin embargo, se desconoce cuánto tiempo tardará la benevolencia y el aire sano que respiran los ciudadanos sin verse acosados y perseguidos por los agentes de vialidad que tienen que cumplir con un mínimo de infracciones para seguir aumentando los ingresos municipales.
En ambos casos dejaron de ingresar millones de pesos en algunos meses, y todavía con resultados electorales catastróficos, por si la intención hubiera sido capitalizarlo políticamente.