A continuación, más vivencias propias de mi niñez, ocurridas en el entonces glorioso Barrio de las Escolleras en esta ciudad y puerto de Coatzacoalcos, durante los años 50s y parte de los 60s. En esta edición doy a conocer las vivencias del ‘circo sin techo’ así como las del singular personaje conocido en aquellos años como El Malecho
Quien efectuaba labores parecidas a las de la ‘Carpa Chicho’, vivencia documentada en la edición inmediata anterior. Popular y querido joven jorobado, quien además actuaba como payaso, domador, cuidaba y le daba de comer a los animales (changos, perros y caballito poni, …), anunciador, vendedor de boletos y golosinas, ayudante en el armado y desarmado del cirquito, entre otras labores.
Recuerdo que al escuchar por una bocina metálica electrónica, la canción de la ‘vieja maltrecha’, representativa del circo, era noticia que el cirquito había llegado.
Acontecimiento que, a su vez, daba a conocer el Malecho u otra persona, anunciando la llegada del circo sin techo (si alguien sabe el nombre del circo, favor de comunicármelo); también anunciaban el programa de las funciones circenses, en la bocina o con un altavoz pasivo de hojalata en forma de cucurucho, diciendo:
¡Pásele, pásele! a ver a la vieja maltrecha que por ser traicionera en amores, ¡ya se está poniendo flaca! ¡y con la misma ropa anda! Además, vea a los trapecistas, malabaristas, contorsionistas, payasos internacionales, perros, changos, osos, ratones y mapaches amaestrados…! ¡cooorrrale y compre su boleto, porque se acabannn!
Este cirquito que era de lona, pero sin techo, don Rafael Pérez Carlos (El Oaxaco) menciona en una de las entrevistas que le efectué, que el dueño era el mismo de la ‘carpa chicho’ y que él y su familia (esposa e hijos), procedían del estado de Guanajuato.
El mismo se instalaba en Corregidora casi esquina con la primera calle de Díaz Mirón y, debido a que no tenía techo la palomilla nos subíamos a los árboles o a casas aledaños para ver la función.
Claro que era mejor entrar de ‘colado’ cuando se descuidaba el Malecho, para deleitarnos con la actuación estelar del circo, que consistía en presentar a una persona (mujer maltrecha) disfrazada, con globos en los pechos, asentaderas y despeinada que bailaba al ritmo de una canción jacarandosa, representativa del circo que decía: “mira esa vieja con la misma ropa anda ¡si la vieras como anda, compadre! ¡y ya se está poniendo flaca! ¡por traicionera! ya se está poniendo flaca ¡pobre mujer!,, y ya se está poniendo flaca ¡así lo quiso! con la misma ropa anda, ¡pobre mujer!...