Ante el paso del tiempo, Veracruz ha sido cuna y gloria del periodismo nacional y en el continente americano.
El primer periódico relacionado con la actividad comercial desde la Nueva España, por razones obvias nació en Veracruz.
Después, vino el Correo de Sotavento, que con el tiempo se convirtió en el Dictamen, y que por casi dos siglos no ha sucumbido a los intentos de la compra del cabezal por algunos ambiciosos personajes de la política.
De aquella época, motivado por la profesionalización del periodismo, don Juan Malpica Silva, con el entonces reportero libre y soñador, formado en el magisterio veracruzano, don Alfonso Valencia Ríos, ejerció el periodismo como nadie con una gran vocación de servicio y gran pasión de reportero de caminar por todos los rincones de la ciudad en busca de la noticia.
Después, don Alfonso Valencia, fue impulsor de la creación de la Facultad de Periodismo en la Universidad Veracruzana, hoy Facico.
En las primeras generaciones de egresados de la Antigua Facultad de Periodismo, destacan Francisco Gutiérrez y José Pablo Robles Martínez, ambos los primeros en titularse.
Después, José Pablo Robles Martínez, es secretario académico y Alfonso Valencia Ríos, director.
La historia de la Facultad de Periodismo, florece con los viajes de prácticas de los estudiantes a México y Monterrey.
El maestro José Pablo Robles Martínez, experto en diagramado como catedrático de la Facultad de Periodismo de la UV, lo nombran jefe de redacción del periódico El Heraldo de México, entonces el diario de mayor fortaleza en el país y con Pepe Robles, comienza toda una era de desarrollo del periodismo en Veracruz, México y Estados Unidos.
Dentro de los muchos egresados de la Facultad de Periodismo y la Facico que está en el setenta aniversario de su fundación: Francisco Blanco Calderón, Edelmira García, Valente Rodríguez Ariza, Ricardo Ravelo, Cecilio García, Guillermo Wong, Marco Polo Villanueva, Marco Malpica Rivera, Ana Cristina Peláez, Isabel Zamorano, Ada Hernández, Orlando Montes, Esperanza Moncada, Socorro Aubry, y de la nueva generación Guadalupe Mar y Rosa María Hernández Espejo, entre muchos inolvidables colegas.
Y como diría la canción y “todo para qué”, un misterioso imberbe de la nueva burocracia de la llamada Comisión Estatal para la Protección y Defensa de los Periodistas, además del riesgo que pesa en el ejercicio diario, ahora desde su pedestal recrimine a los del gremio de la prensa veracruzana a qué lleven en paz su labor profesional y cumplan con un supuesto código de ética en su vida pública y privada, y como diría el famoso fotógrafo de muchas batallas y coberturas periodísticas de estos lares, Abdón Almanza: “chacho tonto”.
O como lo diría también el maestro de la lente José Antonio Montenegro, “no manches mi loco”.
Y el maestro eterno de la crónica de la prensa, radio y televisión, Miguel Novoa Mendoza, decano de los periodistas de Veracruz, “ni los veo, ni los oigo”.
Y finalmente recordando a don Rubén Pabello, “tú qué opinas Josefina”. Ándale. Así las cosas.