La primera mujer presidenta de la historia del país, doctora Claudia Sheinbaum Pardo, rebasa expectativas de aceptación y rompe esquemas que en los primeros doce días de su mandato mujeres jóvenes, los adultos mayores y diversos sectores de la población nacional, le reconocen como muy favorable su desempeño junto a un gran equipo de colaboradores, entre hombres y mujeres.
El doctor Francisco Blanco Calderón, ex catedrático de la Facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana, dice que los primeros días de su mandato junto a un discurso sereno y firme ante la adversidad de retos y fortalezas dan certidumbre al país.
Se trata de un inicio de histórica aprobación y aceptación por los pasos que se dan en materia de gobernabilidad y de combate a la inseguridad en algunas zonas álgidas, en donde entra el esfuerzo coordinado de trabajo en equipo de las fuerzas federales, estatales y municipales.
“La gente se dio cuenta de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, es de mano suave, pero muy firme, y de que su discurso es cálido y contundente con resultados inmediatos a los temas de la seguridad como prioridad en algunos estados del país.
La presidenta Claudia Sheinbaum, en los primeros días de su mandato alcanzó niveles de aprobación que superan más del setenta por ciento, porque los jóvenes del país, entre hombres y mujeres, se pronunciaron siempre en su respaldo y confianza por llevarla al poder presidencial.
Y es que, la simpatía y aprobación es generalizada porque aquí, ya no se habla del pasado, y se pone atención primero al presente con especial preocupación de impulsar un futuro con libertades y seguridad como prioridad en todo el país.
El doctor Blanco Calderón, experto en geopolítica y un periodista con más de cincuenta años de ejercicio profesional y de académico de carrera, establece que las acciones del gobierno federal, son para ya y aquí sí, la doctora Claudia Sheinbaum, está demostrando el carácter y la transparencia en el actuar público como un ejemplo y referente de todas las mujeres que la reconocen como presidenta de todos los mexicanos, sin colores partidistas, ni sesgos ideológicos, sino más bien la ven como una mujer preparada y capacitada que emerge del pueblo con decisión y respaldo de las grandes mayorías de todo el país y allende las fronteras.
También, los temas de alcance social, educación, salud y desarrollo de la infraestructura urbana, son parte de la alegría que está observando el pueblo que le responde a la presidenta con confianza y respaldo absoluto a las acciones de su gobierno.
Por eso, el discurso mediático incendiario se pierde, y la gente ya no quiere seguir escuchando a los falsos profetas del pasado que se quedan sin “rating” a las percepciones perversas y sesgadas que los desaparece de las barras programáticas y de las redes sociales.
En el símil, la doctora Claudia Sheinbaum, en su liderazgo natural, recuerda a Winston Churchill, en los momentos más difíciles, que habló al pueblo y al mundo del esfuerzo que costaba “sangre, sudor y lágrimas”.
También, se le identifica con el aplomo de Margaret Thatcher, “la dama de hierro”, y la firmeza de Angela Merkel, la poderosa mujer alemana que ganó el respeto en Europa.
Pero, ante todo con orgullo, y sin comparaciones, a la doctora Claudia Sheinbaum, la gente la está viendo con mucho reconocimiento como la primera mujer presidenta de México, y se trata del orgullo del bueno del que hace vibrar a toda una nación, como nunca antes había sucedido al verla como una mujer auténtica de grandes valores feministas. Ándale. Así las cosas.