Se dice, se rumora…
Que existe la estrategia nacional de seguridad en el próximo gobierno federal que encabezará la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, consistirá en gran parte en tener una coordinación estrecha con los mandos estatales.
Es por lo anterior, que el próximo secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, incidirá de manera importante en los nombramientos de los secretarios de Seguridad Pública en los estados donde se renovará la gubernatura.
En Veracruz, se dice desde la capital, que la mano del gobierno federal será la que termine por definir dicho puesto en el gabinete de la gobernadora electa, Rocío Nahle García, quien ya ha venido anunciando a los integrantes de su gabinete en cargos relevantes, pero que hasta el momento se ha reservado la designación en la próxima SSP.
Algo que nos adelantan, es que Omar García Harfuch buscará regresar los mandos de seguridad a civiles con carrera policial, para ir retirando a los mandos militares, como es el caso de Cuauhtémoc Zúñiga en Veracruz.
Juego en dos bandas
Luego de tomar protesta como senador de la República, Miguel Ángel Yunes Márquez, difundió un mensaje en el que dijo que extendía su mano al gobierno federal y estatal que encabezarán las morenistas Claudia Sheinbaum, en la presidencia de la República, y Rocío Nahle, en la gubernatura de Veracruz.
El panista, quien fue declarado como prófugo de la acción de la justicia por la Fiscalía General del Estado (FGE), dijo que la crisis que atraviesa Veracruz requiere el trabajo de todos. El tono era de conciliación.
Un día antes, su tío Héctor Yunes Landa, hizo un reconocimiento al alcalde de Martínez de la Torre, Rodrigo Calderón, quien coordinó la campaña electoral de la gobernadora electa, Rocío Nahle, y quien además de ser uno de sus hombres más cercanos, encabeza el proceso de transición en el gobierno federal.
Yunes Landa agradeció al edil por llevar a cabo un homenaje al exalcalde priista Antonio Rodríguez, luego de su fallecimiento. El mensaje, que difundió en sus redes, se leía con un tono de cordialidad que contrastaba mucho con el discurso de las pasadas elecciones.
El inicio de lo que será la nueva oposición se ve como un juego de dos bandas, que busca no detonar el conflicto con la aplanadora que será Morena en el Poder Legislativo y en el Poder Ejecutivo, pero que cuando sea necesario, y si sus intereses así lo marcan, endurecerá el discurso.