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El 21 de marzo, la tradición de regalar flores amarillas ha cobrado relevancia en diversas regiones, especialmente en México, marcando el inicio de la primavera y simbolizando sentimientos profundos.
Esta costumbre se popularizó a través de la telenovela argentina "Floricienta", emitida entre 2004 y 2005. En la serie, la protagonista anhelaba recibir flores amarillas como símbolo de amor verdadero y felicidad.
Con el tiempo, esta idea trascendió fronteras y se consolidó en la cultura popular de varios países.
Las flores amarillas poseen múltiples interpretaciones:
Amor y romance: en el contexto de "Floricienta", representan el deseo de compartir la vida con la persona amada.
Amistad: el color amarillo se asocia con la amistad, la felicidad y la juventud, siendo un gesto de aprecio entre amigos.
Alegría y renovación: simbolizan la alegría de vivir y el renacer de la naturaleza con la llegada de la primavera.
El 21 de marzo coincide con el equinoccio de primavera en el hemisferio norte, momento en que la naturaleza florece y se renueva. Regalar flores amarillas en esta fecha celebra la llegada de la nueva estación y todo lo que conlleva: vida, color y esperanza.
Aunque en países como México y Estados Unidos esta tradición se celebra el 21 de marzo, en naciones del hemisferio sur, como Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Paraguay, Uruguay, Brasil y Ecuador, la primavera comienza en septiembre.
Por ello, en estas regiones, la costumbre de regalar flores amarillas se lleva a cabo el 21 de septiembre.
Entre las opciones más populares se encuentran:
Más allá de su origen en una telenovela, este gesto ha encontrado un lugar especial en el corazón de muchas personas, convirtiéndose en una forma de expresar sentimientos positivos y dar la bienvenida a una nueva estación llena de vida.