¿Dolor en la panza, estreñimiento, espasmos, digestión difícil? El estrés pudiera estar ocasionando estos síntomas.
A cuántos seguramente no nos ha sucedido que en la víspera de esa importante entrevista de trabajo, ese examen, esa cita especial, nos duele la barriga, una sensación de hormigueo, de punzada, de náusea o ardor se hunde en el estómago…y vamos al baño una y otra vez.
El estrés (necesario y temporal) es el modo en que tu cerebro y tu cuerpo responden a las exigencias diarias. Bajo esta tensión, tu organismo libera hormonas que te ponen en alerta y listo o lista para actuar. El corazón corre, la presión arterial se desboca, el pulso se desequilibra, sudas…y en muchas ocasiones el receptor de todo ello son tus intestinos.
Nadie está exento de estresarse, máxime si vive rodeado de situaciones, escenarios y gente que les detona. La tensión pudiera ser pasajera, pero cuando se acomoda en todas las actividades diarias, repercute incluso en la salud física, sobre todo se acomoda en el sistema digestivo, es ahí en donde se clava para generar daños como dolor, estreñimiento y otros problemas gástricos; esa conexión entre la emoción y el alimento. En muchas ocasiones no es la bacteria o la vesícula quien se esconde detrás del padecimiento, sino el estrés.
Primero analizar para corroborar o descartar si detrás de esa mala digestión hay mucho estrés. Gestionarlo por sí mismo, entonces, disminuyendo o balanceando esos estresores con buena alimentación, ejercicio, altos en tu diario agitado tren, trabajar respiración, hacer meditación y adoptar buenos hábitos de vida como alejarte del cigarro y el alcohol, es el camino lógico a seguir.
Si precisas ayuda, acudir con un especialista en gestión emocional o de Mindfulness para que “regule” el síntoma y te ofrezca rutas a seguir.