Ciudad de México | 2025-01-22
El gobierno de Estados Unidos anunció el despliegue de hasta 1,500 soldados activos a la frontera sur con México en los próximos días, como parte del endurecimiento de la política migratoria bajo la administración de Donald Trump.
La medida, que se alinea con las órdenes ejecutivas del presidente, busca fortalecer la seguridad fronteriza en un contexto de creciente presión migratoria.
¿Qué objetivos persigue este despliegue militar? Según los funcionarios del gobierno, los soldados se destinarán principalmente a tareas de apoyo logístico, como transporte, construcción de barreras y asistencia a los agentes de la Patrulla Fronteriza.
Aunque el despliegue tiene un enfoque de apoyo y no de intervención directa en la aplicación de la ley, se abre la posibilidad de que las tropas participen en funciones de control más intensas, dependiendo de los informes que los líderes de Defensa y Seguridad Nacional presenten en los próximos 90 días.
El refuerzo militar en la frontera es parte del plan más amplio de Trump para "sellar" la frontera y frenar lo que considera una "migración ilegal masiva".
Si bien el impacto inmediato de esta medida es incierto, marca un punto clave en la evolución de la política migratoria estadounidense y la relación con México.
Aunque la ley estadounidense prohíbe a las tropas realizar funciones de aplicación de la ley en el territorio nacional, la administración Trump ha solicitado un análisis para determinar si la Ley contra la Insurrección de 1807 debería ser invocada, lo que permitiría a los soldados actuar en un rol más activo en el control de la migración.
Este paso sería una ampliación significativa del papel del ejército en las políticas de inmigración del país, algo que ya se había anticipado en sus primeros días de mandato.
Este no es el primer despliegue de tropas en la frontera. Bajo la presidencia de Trump, y también durante el gobierno de Joe Biden, se enviaron tropas en activo para realizar tareas de apoyo.
El debate sobre el papel de los militares en la seguridad interna sigue siendo polémico, y este nuevo envío podría intensificar las discusiones sobre los límites legales y éticos de tal intervención.