| 2025-02-08
Actualmente una niña tiene un tercio menos de probabilidades de sufrir una mutilación genital femenina que hace 30 años. Sin embargo, las crisis humanitarias como los brotes de enfermedades, el cambio climático o los conflictos armados, podrían hacer peligrar el mantenimiento de estos logros.
Por esta razón, la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de la Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) han reafirmado su compromiso de colaborar con los países y las comunidades para acabar "de una vez por todas" con esta práctica.
En el marco del Día Internacional de Tolerancia Cero con la mutilación genital femenina, las organizaciones internacionales han apostado por fortalecer sus alianzas y crear movimientos para poner fin a esta práctica.
"Se calcula que, de aquí a 2030, otras 27 millones de niñas podrían sufrir esta violación de sus derechos y su dignidad si no actuamos ahora", señalan las organizaciones.
A lo largo de la historia, más de 200 millones de mujeres y niñas han sido víctimas de esta práctica, y este 2025 se estima que cerca de 4.4 millones de niñas están en riesgo de sufrirla, lo que equivale a más de 12 mil casos diarios, según la información proporcionada por la ONU.
La mutilación genital femenina hace referencia a todos los procedimientos que implican la extirpación total o parcial de los genitales externos de la mujer u otras lesiones en los órganos genitales femeninos con fines no médicos.
Se practica sobre todo en niñas que se encuentran entre la edad infantil y los 15 años. En cualquiera de sus formas, la mutilación genital femenina constituye una violación de los derechos humanos fundamentales de las niñas y las mujeres. Los tipos de mutilación, según la OMS son:
Las afectaciones a la salud pueden ser muy graves, tanto a corto como a largo plazo tales como dolor crónico, infecciones, sangrados, mayor riesgo de transmisión del VIH, ansiedad y depresión, complicaciones durante el parto o infecundidad.