Ciudad de México | 2025-01-07
En el periodo enero-noviembre de 2024, México registró un cambio en la composición de sus ingresos públicos. Por primera vez en décadas, los recursos generados por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) superaron los aportados por la industria petrolera.
Según el informe de Finanzas Públicas y Deuda Pública de la Secretaría de Hacienda, estas tres entidades representaron el 15.9% de los ingresos presupuestarios, frente al 13.1% de los ingresos provenientes del sector petrolero.
El cambio responde a un contexto marcado por el aumento en los ingresos de los organismos sociales y la disminución de los ingresos petroleros.
Esto se debe principalmente a dos factores: una baja en la producción de crudo y una reducción en el precio del gas natural.
En números, los ingresos petroleros sumaron 890,986 millones de pesos en 2024, muy por debajo de los 996,086 millones registrados en 2023.
Además, las transferencias del Fondo Mexicano del Petróleo cayeron drásticamente, de 304,786 millones en 2023 a 179,467 millones en 2024, una disminución del 43.8%.
El declive también afecta a las finanzas de estados como Campeche, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz, cuya economía depende en gran medida de los recursos petroleros.
Mientras tanto, los ingresos del IMSS, Issste y CFE mostraron un crecimiento sostenido: 7%, 5% y 1.6% real anual, respectivamente. Este aumento les permitió superar las expectativas, generando 99,000 millones de pesos más de lo previsto.
El resultado no obedece no sólo a la eficiencia de estas instituciones, sino también a un cambio estructural en la economía mexicana, donde los ingresos provenientes de servicios y actividades no petroleras ganan relevancia frente a un modelo energético en transición.
El estudio del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) destacó que, aunque los ingresos petroleros fueron cruciales para las finanzas públicas en el pasado, su importancia ha disminuido.
El descenso está relacionado con la transición energética global y con cambios en el derecho de utilidad compartida, afectando la recaudación federal participable y, por ende, las participaciones a los estados.