El show de las comparecencias

Crónicas del Poder

México | 2024-11-21

Como suele ocurrir cada año, después o previo al informe del gobernador en turno, el Congreso de Veracruz se convierte en una fiesta de cifras alegres de todas las dependencias estatales. 

Es el momento perfecto para vender las "historias de éxito" del gobierno veracruzano en turno. 

Nadie deja escapar el espacio para decir, como dirían los alvaradeños, "estamos a toda madre". 

Y con un parlamento estatal donde un partido domina, la fiesta es tres veces mayor. 

Tres de las dependencias más importantes ya rindieron sus informes en los primeros días de esta semana. 

La primera fue la inoperante Secretaría de Gobernación, poco después la Secretaría de Finanzas, y ayer lo hizo el titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Veracruz. 

LE GRITAN CORRUPTO A YUNES Y ASESTA ACUSACIÓN A SECRETARIO DE SSP 

No solo de cifras alegres se tratan estas comparecencias también. Luego ocurren shows, algunos improvisados, otros perfectamente bien ensayados, que convierten al Congreso en una carpa de grandes cómicos

Por ejemplo, ayer, un joven con celular en mano, acompañado de otro, interpelaron la intervención del diputado Héctor Yunes Landa.

Yunes Landa decía a Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, titular de SSP, que mientras "él declaraba y aclaraba, el gobernador de Veracruz chapeaba parques y jardines, preparaba camarones enchipotlados o ensayaba sus pasos de danza palaciega", de repente, uno de los jóvenes le gritó "¡corrupto!" al nativo de Soledad de Doblado, y como todo un zorro de las curules, hizo el spin adecuado y endilgó al Secretario el señalamiento. 

-¡No ofenda, Secretario! Yo le exijo respeto para el Secretario, no ofenda al Secretario, por favor. ¡No le hable así, es nuestro anfitrión! 

Fue un momento de comicidad, donde Adrián Ávila Estrada, quien presidía por parte del Congreso la comparecencia, no tuvo la habilidad necesaria para controlar la situación. 

Yunes Landa insistía: 

-¡No le grite así al Secretario, téngale respeto

A pesar de que el señalamiento de corrupción era para él, continuó: 

-"Saquen al borracho ese, mírelo, mírelo... ¿Qué compañía trajo, Secretario?", replicaba y preguntaba Héctor al titular de SSP. 

LA ESTADÍSTICA TRIUNFALISTA DE SSP 

En el estado de Veracruz, los contrastes son abrumadores. Mientras el secretario de Seguridad Pública, Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, compareció ante el Congreso local con un discurso de cifras halagüeñas y logros históricos, la realidad cotidiana para miles de veracruzanos cuenta otra historia.

Feminicidios, desapariciones y violaciones a los derechos humanos siguen siendo parte del paisaje estatal, una sombra que no se disipa con estadísticas triunfalistas.

En su informe, Zúñiga Bonilla afirmó que, al cierre del gobierno de Cuitláhuac García, los principales delitos de alto impacto registraron una "reducción histórica".

El secuestro habría caído en un 90.6 %, los homicidios dolosos un 44.53 %, y los feminicidios un 54.47 %. Además, presumió el aseguramiento de armas, drogas y vehículos, así como la detención de "143 blancos prioritarios" vinculados al crimen organizado.

Estas cifras, sin duda, son atractivas en el papel y cumplen su función política: proyectar una imagen de éxito en materia de seguridad. Sin embargo, estas mismas cifras resultan insuficientes cuando se confrontan con los hechos.

En municipios como Coatzacoalcos, los casos de abuso policial, desapariciones y homicidios extrajudiciales persisten, socavando la confianza de la ciudadanía en sus instituciones.

Basta recordar episodios como el asesinato de un joven a manos de elementos policiacos para entender que el problema va más allá de números y estrategias, y toca las raíces de la justicia y los derechos humanos.

El secretario evitó, además, profundizar en los procesos administrativos abiertos contra policías involucrados en estos actos. Se limitó a mencionar que "diversos" procedimientos han sido iniciados y que "el 99 % de los policías están evaluados". Pero la sociedad exige más que evaluaciones y eufemismos: exige justicia para las víctimas y acciones contundentes contra los responsables.

Es cierto que las estrategias de inteligencia, el uso de tecnología y la profesionalización de los cuerpos policiacos son esenciales. Pero cuando los resultados de estas acciones no logran permear en el día a día de los ciudadanos, el discurso oficial pierde credibilidad.

 La percepción de seguridad no se construye solo con estadísticas, sino con un entorno donde las familias puedan caminar tranquilas, donde los derechos de todos sean respetados y donde los crímenes no queden impunes.

En un estado que ha estado históricamente entre los más violentos del país, la verdadera evaluación no se hará en el Congreso, sino en las calles y hogares de Veracruz.

Mientras la administración estatal celebra avances, las voces de las víctimas y sus familias continúan siendo el eco de una verdad incómoda: aún queda mucho por hacer para que Veracruz sea realmente seguro.

AL OÍDO 

Por cierto, uno de los jóvenes alborotadores –otros dirían que infiltrado– en la comparecencia terminó en la cárcel. 

Al salir del Congreso, agredió a la reportera Concepción Sánchez, quien lo grababa, para poco después intentar huir y ser sometido por elementos policiacos.

Contáctanos: 

joluperezcruz@hotmail.com

.
.