México | 2025-02-06
Ante la probable renuncia de la Fiscal General del Estado, Verónica Hernández Giadáns, nosotros desde este espacio queremos saber si se llevará consigo a la persona que le hace los boletines informativos a la institución o permanecerá en funciones, para irnos preparando a seguir desinformados de los hechos de relevancia que realizan día con día.
Y es que cuando se trata de algo de verdadero interés público como las audiencias iniciales o de vinculación de personas detenidas y señaladas por diversos delitos, los comunicados que envían a los medios y que publican a través de sus propias plataformas son una cosa verdaderamente raquítica que muchas veces consta de un solo párrafo.
Eso sí, cuando se ha tratado de pulir la imagen de doña Hernández Giadáns no escatiman en redactar los párrafos que sean necesarios ni en enviar las fotos con sus mejores ángulos, por lo que las páginas en redes de la Fiscalía ya más bien parecen plataformas para la promoción de su imagen y no para dar a conocer el trabajo de la representación social.
Si se va la lic o se queda es lo de menos para este comentario, pues nuestra verdadera preocupación en saber si van a seguir hundidos en la mediocridad informativa para ya ni hacernos a las esperanzas de una mejora en sus comunicados y seguir viendo con lástima la triste forma en que dan a conocer lo verdaderamente importante de su chamba.
Desde los suburbios dispersos en la periferia de Veracruz y más allá nos reportan que de la nada empiezan a surgir y se multiplican personas solas o en pareja que detectan casas abandonadas y las invaden con el pretexto de que no tienen dónde vivir y que se irán en cuanto aparezcan los propietarios, sin causar conflictos.
Cuentan que los invasores, quienes no se asumen como tales, son invisibles de día, pero que, en altas horas de la madrugada, cuando todos están en su quinto sueño, entran con objetos robados que acopian en la casa invadida y después los llevan a otro escondite.
O sea que se dedican al traslado de objetos robados y a ese paso, el día menos pensado harán movimiento de estupefacientes, si no es que ya lo hacen.
La elección de jueces y magistrados debería ser un proceso riguroso, basado en méritos, experiencia y conocimiento de la ley. Sin embargo, la reciente decisión del Senado de la República de seleccionar aspirantes mediante insaculación plantea serias dudas sobre la idoneidad de quienes podrían ocupar estos cargos clave en la impartición de justicia.
Como bien advierte el presidente del Colegio de Abogados Laboralistas del Estado de Veracruz, Daniel Pacheco Pacheco, permitir que personas sin la debida preparación lleguen a estos puestos no solo compromete la independencia judicial, sino que también pone en riesgo el derecho de los ciudadanos a recibir justicia de manera eficaz y equitativa. No es exagerado afirmar que una mala elección puede traducirse en resoluciones deficientes, impunidad y pérdida de confianza en las instituciones.
A este problema se suma el desconocimiento ciudadano sobre los perfiles de quienes competirán en la elección de junio. La falta de información y la ausencia de campañas de difusión efectivas podrían derivar en un alto nivel de abstencionismo, lo que facilitaría que candidatos con pocos votos, pero bien posicionados dentro del proceso, lleguen a ocupar cargos de enorme responsabilidad.