Ciudad de México | 2025-02-27
En los últimos años, medicamentos como Ozempic, Rybelsus y Saxenda han ganado popularidad no solo por su efectividad en el tratamiento de la diabetes y la obesidad, sino también por su capacidad para reducir el apetito y promover la pérdida de peso.
Pese a ello, su uso ha generado preocupación debido a los efectos adversos reportados por miles de pacientes en México.
Estos fármacos, conocidos como agonistas del receptor GLP-1, actúan imitando una hormona natural que regula los niveles de azúcar en la sangre y reduce el apetito. Originalmente diseñados para tratar la diabetes tipo 2, también se han recetado para combatir la obesidad.
Empero, su uso indiscriminado y la falta de supervisión médica adecuada han llevado a un aumento en los reportes de reacciones adversas.
De acuerdo con la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), entre 2023 y octubre de 2024 se registraron 8,144 reportes de reacciones adversas relacionados con estos medicamentos.
Saxenda, uno de los más utilizados para bajar de peso, encabeza la lista con 3,004 casos, seguido de Victoza (1,995), Rybelsus (1,454) y Ozempic (1,079).
Los efectos más comunes incluyen problemas gastrointestinales como diarrea, náuseas y vómitos, pero también se han reportado casos graves como pancreatitis, obstrucción intestinal y parálisis estomacal.
Además, el 80% de los reportes provienen de mujeres, y los grupos de edad más afectados son los de 40 a 49 años (1,741 casos) y 50 a 59 años (1,642 casos).
Expertos atribuyen este incremento a la automedicación, la falta de precisión en las prescripciones y el descontrol en la adquisición de estos fármacos.
Muchos médicos aumentan la dosis sin considerar la tolerancia individual del paciente, lo que genera efectos adversos graves.
Binisa Ramírez, una mujer de 31 años, comenzó a tomar Rybelsus bajo prescripción médica después de ser diagnosticada como prediabética.
A pesar de los malestares, su médico le recomendó continuar el tratamiento hasta alcanzar la dosis máxima.
Fue solo cuando Binisa suspendió el medicamento que comenzó a recuperarse. Hoy, reflexiona sobre la presión social por la delgadez y los riesgos que asumió en busca de la aprobación de los demás.
Estos medicamentos son beneficiosos para personas con obesidad o diabetes. Su uso en personas sanas puede ser riesgoso. Incluso un 1% de riesgo de pancreatitis o parálisis estomacal es serio para alguien que solo quiere perder unos kilos.
Además, estudios recientes han demostrado que hasta el 40% del peso perdido con estos fármacos corresponde a masa muscular, lo que puede generar efectos como la "cara de Ozempic": mejillas hundidas, piel arrugada y papada caída.
La Cofepris ha emitido alertas sobre los riesgos de la automedicación y el uso no supervisado de estos fármacos. Sin embargo, expertos critican la falta de regulación en su venta y la influencia de campañas publicitarias que promueven su uso sin supervisión médica.
¿Vale la pena el riesgo? La respuesta es clara: no vale la pena sacrificar la salud por la delgadez. Detrás de la promesa de un "nuevo yo", pueden esconderse riesgos graves que no deben ser ignorados.